El verano tiene muchas cosas buenas, pero pocas tan apetecibles como ese momento de abrir el congelador y sacar un helado bien frío. Si encima puedes presumir de que lo has hecho tú mismo en casa, en 5 minutitos, con fruta natural, y con una receta firmada por un chef con estrella Michelin, el éxito está garantizado.
Si eres un amante de los helados caseros, no puedes perderte tampoco este helado de coco y piña, con solo 3 ingredientes y en 2 pasos. ¡Queda delicioso!
La fruta, siempre protagonista
No es casualidad que Rodrigo de la Calle sea conocido como “el chef vegetal”. Su cocina da protagonismo a los ingredientes naturales, especialmente a las frutas y verduras, sin renunciar al sabor ni al placer. Por eso, su receta de helado casero tiene algo que muchos otros no: fresas de verdad. Y nada más. Bueno, casi nada más.
Como dice Rodrigo, se trata de un helado muy sano que, además de fresas, lleva un toque de shisho morado, (una planta aromática). Pero si no la tienes a mano, no te preocupes: el truco principal no está ahí, sino en lo que haces con la fruta antes de triturarla.
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El truco está en el frío (y en saber elegir bien)
“Una parte de las fresas las vamos a congelar”, dice de la Calle. Y aquí está la magia. En lugar de hacer una mezcla y luego esperar horas a que se congele, el chef propone congelar previamente la mitad de las fresas. Así, al triturarlas junto a los demás ingredientes fríos, se obtiene una textura cremosa de helado al instante, sin necesidad de heladera ni de espera. Una maravilla para los impacientes (y los golosos).
Eso sí, para que el resultado sea de diez, hay que empezar por una buena materia prima. Y aquí va otro truco del chef: cuando vayas a comprar fresas, fíjate bien en sus semillas. “La fresa es la única fruta que tiene las semillas por fuera” nos dice Rodrigo, y cuando están maduras son rojas. Si están blancas o amarillas, la fruta todavía no está en su punto. Así que, ya sabes: busca fresas con las semillas rojas y acertarás siempre.
Helado de fresa, sisho y nata
Para 4 personas
Ingredientes
- 300 gramos de fresas
- 100 gramos de nata fresca
- 100 gramos de nata montada
- 4 hojas de shisho morado (opcional, pero recomendable)
- 50 gramos de azúcar
- Flores comestibles para decorar (opcional)
Paso a paso
Prepara las fresas
Congela la mitad de las fresas. Lo ideal es cortarlas previamente para facilitar el triturado.
Añade el azúcar
Una vez congeladas, tritúralas con el azúcar y la nata fresca bien fría hasta obtener una crema helada. Si tienes batidora potente, mejor que mejor.
Agrega las hojas de shisho
Añade la mitad de las hojas de shisho y vuelve a triturar ligeramente para integrar su aroma sin perder la textura.
Monta el plato y disfruta
Sirve el helado en un plato o bol con el resto de las fresas frescas, la nata montada y, si quieres, alguna hoja de shisho y flores comestibles para decorar.
En total: cinco minutos de trabajo y un resultado que parece sacado de un restaurante de alta cocina. Porque lo es.
¿Qué tiene de especial este helado?
Más allá de su sabor, este helado es una opción saludable y perfecta para cualquier ocasión. No lleva conservantes ni colorantes artificiales, no necesita estabilizantes, y puedes ajustar el azúcar al gusto si prefieres una versión más ligera.
Además, las fresas son una fruta baja en calorías, rica en fibra y con más vitamina C que la naranja. Vamos, que lo de “helado saludable” no es un eslogan, es una realidad.
Y si encima el postre lleva la firma de un chef Michelin, el argumento es redondo.
¿Y el shisho?
El toque de shisho morado no es obligatorio, pero sí interesante. Aporta un aroma especiado y muy fresco, que combina muy bien con la fresa. Si no lo encuentras, puedes sustituirlo por unas hojas de menta fresca o albahaca.
Y si lo encuentras, úsalo sin miedo. El chef lo incluye en muchas de sus recetas porque además de aromático, es digestivo y decorativo.
Ideal para sorprender (y cuidarse)
Este helado tiene muchas virtudes, pero una de las mejores es su versatilidad. Puedes servirlo como postre tras una comida veraniega, en una merienda especial, o como tentempié refrescante a media tarde. No necesitas maquinaria complicada ni ingredientes raros. Solo fresas, nata y el congelador.
También puedes adaptarlo con otras frutas: frambuesas, mango o plátano. El truco de congelar parte de la fruta funciona igual de bien y te abre la puerta a todo un mundo de helados caseros exprés.
¿Te animas a probarlo?
En un mundo donde lo industrial lo invade todo, esta receta demuestra que lo casero sigue siendo insuperable. El helado de Rodrigo de la Calle no solo está a la altura de su cocina, sino que es tan sencillo que cualquiera puede prepararlo en casa. Solo necesitas fresas maduras (con las semillas bien rojas), un poco de tiempo… y ganas de disfrutar.
Así que la próxima vez que pienses en comprar un helado, ya sabes: congela unas fresas, saca la batidora y prepárate para saborear el verano como un auténtico chef con estrella.