Jamón Ibérico de Beher, la mejor elección para celebrar la Navidad

Los jamones de esta famosa empresa familiar pasan por un cuidadoso proceso de selección y curado que no solo garantiza el bienestar animal sino que también ofrece el mejor sabor imaginable.

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El jamón ibérico es uno de los alimentos que más se consumen en Navidad. Lo compramos como algo muy especial, como un pequeño manjar del que disfrutar rodeados de los nuestros. Lo podemos tomar solo, a modo de tapa o incluso incluirlo en nuestras recetas más elaboradas. Pero sobre todo en esta época lo que buscamos es un buen jamón, uno que sea de calidad y esté especialmente rico y para eso siempre podemos recurrir a los jamones de Beher.

¿Por qué elegir un jamón Beher para esta Navidad?

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Los jamones de Beher vienen de una larga tradición familiar. Se trata de una empresa que ha evolucionado desde un pequeño negocio a una gran empresa que goza de reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional. Ahora, la tercera generación de los Hernández es la que está al mando pero después de tanto tiempo siguen dando prioridad a los pilares sobre los que se fundó y creció Beher: un cerdo 100% Ibérico criado en las mejores condiciones.

Y es que, si hay algo que determine la calidad de un jamón es la material prima. Lo cerdos de Beher se crían en sus propias fincas situadas en Salamanca, Extremadura, Andalucía y el Alentejo (Portugal) donde la familia sigue teniendo pleno control para que se den las condiciones adecuadas en todo el proceso productivo. La raza de los cerdos, su cría en libertad y una alimentación muy cuidada y específica así como la garantía del bienestar animal hacen que sus productos sean un éxito cuando los llevas a la mesa.

¿De qué se alimentan los cerdos de Beher?

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La alimentación de los cerdos es fundamental para que tengan un sabor excelente una vez curados. Los de Beher se alimentan solo de recursos propios del campo: hierbas, pastos y raíces, especialmente bellotas, durante la Montanera, la última fase de la cría del cerdo. Su dieta se complementa en función de la edad con otras materias primas seleccionadas y procesadas en las propias instalaciones de la familia.

Precisamente es la Montanera, entre noviembre y marzo, cuando se potencia ese engorde natural pero se hace siguiendo técnicas tradicionales. Los cerdos pueden circular a su antojo por las fincas comiendo directamente de los recursos naturales que ofrece el campo. Los animales que pasan a esta fase se seleccionan muy cuidadosamente en función de sus características y además se les procuran todas las comodidades. De hecho, en las fincas de Beher gozan de más del doble del espacio que exige la ley para este tipo de cría y se vigila que tengan un peso más alto que los mínimos estipulados.

El jamón de Beher es jamón de Guijuelo

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Guijuelo es una de las poblaciones con mayor tradición en la producción de jamón ibérico y justo allí es donde se sitúa la fábrica de Beher. El espacio cuenta con nada menos que 24.000 m2 y más de 100 trabajadores que combinan las técnicas más tradicionales de curación con las últimas innovaciones tecnológicas. El despiece se realiza de manera artesanal, exactamente igual que se hacía ya en la Edad Media. El proceso de curación, secado y maduración de los jamones se lleva a cabo bajo un control exhaustivo de las condiciones y es que el aire de la sierra y los valles de la zona es esencial para conseguir ese sabor tan característico de estos jamones.