Hay trucos que cambian para siempre tu forma de cocinar. Y este es uno de ellos. Paco Roncero, uno de nuestros chefs más premiado, soltó una de esas perlas que valen oro para cualquier amante de la cocina: “En este tipo de elaboraciones funciona muy bien una picadita, de ajo, de almendrita, de perejil… Lo que se te ocurra, pero que dé algo de vida”. ¿El plato en cuestión? Unas albóndigas de pulpo y bonito en salsa verde. Menudo Espectáculo de receta.
El consejo, claro, no es solo para este plato. Esa picada, ese pequeño majado con esencia mediterránea, funciona de maravilla también en una buena merluza en salsa verde, en unas almejas, en una caldereta de rape… Lo que hace es subirle el volumen al sabor, como si le pusieras música a un plato que ya suena bien. Y si el que te lo dice es Paco Roncero, conviene hacerle caso.
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El sabor del mar en una albóndiga con estrella (Michelin)
La combinación puede parecer atrevida; pulpo y bonito en una misma masa, en forma de albóndiga, con una salsa que suele reservarse para pescados más clásicos. Pero precisamente ahí está la gracia, en reinterpretar, en jugar con la tradición sin perder el respeto. Lo bueno es que este plato no solo funciona: conquista. Otro truco que Roncero defiende es agregar unos berberechos, “Buena idea. Eso pega” dice. Y si el chef da luz verde, no dudes, adelante.
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A nivel casero, esta receta tiene muchas ventajas. Primero, es original, así que es perfecta para sorprender. Segundo, la salsa verde, con el truco del chef, se puede reaprovechar en mil recetas. Y tercero, no hace falta complicarse: todo lo puedes preparar con ingredientes muy fáciles de encontrar y sin necesidad de técnicas de alta cocina.
Albóndigas de pulpo y bonito
Para 4 personas
Ingredientes
Para las albóndigas:
- 250 gramos de pulpo cocido
- 200 gramos de bonito en conserva (escurrido)
- 1 huevo
- 1 rebanada de pan de molde (sin corteza)
- 4 cucharadas de leche
- 1 chorrito de vino blanco
- Harina para rebozar
- Aceite de oliva virgen extra
Para la salsa verde:
- 3 dientes de ajo
- 1 cucharada de harina
- 150 mililitros de vino blanco
- 300 mililitros de caldo de pescado
- Un manojo de perejil fresco
- Berberechos al natural (opcional, para coronar)
Para la picada final (el truco de Roncero):
- 1 diente de ajo
- Unas almendras tostadas
- Perejil fresco
- Un chorrito de aceite de oliva virgen extra
Cómo se preparan las albóndigas de pulpo y bonito en salsa verde
Tritura y mezcla
Tritura el pulpo cocido y el bonito. Añade el huevo, la miga de pan remojada en leche, un chorrito de vino blanco y salpimienta al gusto. Mezcla bien hasta que tenga una textura maleable.
Forma las albóndigas
Con las manos humedecidas, haz bolitas del tamaño de una nuez. Pásalas ligeramente por harina y fríelas en aceite caliente hasta que estén doradas. Reserva sobre papel absorbente.
Prepara la salsa verde
En una cazuela, sofríe los ajos picados. Añade la harina y remueve bien. Vierte el vino blanco y deja que evapore el alcohol. Incorpora el caldo de pescado y deja que cueza unos minutos.
Añade las albóndigas
Introduce las albóndigas en la salsa y cocina a fuego suave durante unos 10-15 minutos para que se impregnen del sabor.
Haz la picada final
En un mortero, machaca el diente de ajo, las almendras y el perejil. Añade un chorrito de aceite y remueve bien. Vierte este majado sobre la cazuela justo al final de la cocción. Apaga el fuego y deja reposar cinco minutos antes de servir.
Turno para los berberechos
Si quieres dar un toque especial al plato, añade unos berberechos por encima justo antes de llevar a la mesa.
Una salsa verde que da mucho de sí
El consejo de Roncero no se queda en estas albóndigas. Esa picada final, que puedes personalizar con piñones, avellanas o incluso un toque de limón rallado, le da vida a muchas más recetas. Prueba a añadirla a una merluza en salsa verde y verás cómo cambia la película. O úsala para acompañar unos mejillones al vapor, unos chipirones encebollados, o incluso una pechuga de pollo para darle un aire más festivo.
Además, si te sobra salsa (algo poco probable, porque es de mojar pan y no parar), guárdala en un bote en la nevera. Dura unos días sin problema y es el típico salvavidas para alegrar un arroz blanco o unas verduras al vapor.
Albóndigas con personalidad, sabor y estrella
Lo mejor de este tipo de recetas es que tienen alma. No son solo un plato bonito, tienen historia, técnica, fondo. La combinación del mar con esa salsa verde clásica, elevada con el truco de un chef Michelin, da como resultado un plato que vale tanto para el menú del domingo como para una cena especial con invitados.
Y no te dejes intimidar por lo del pulpo, hoy día puedes comprarlo ya cocido, y si no lo encuentras, incluso puedes hacer una versión con gambas o calamares. Lo importante es la textura y ese sabor a mar que tan bien combina con el perejil, el ajo y el vino blanco.
Pruébalo tú y dale el toque Roncero
Si te animas a probar estas albóndigas, no olvides lo esencial: el toque final. Esa picada, ese majado que parece un detalle menor, es lo que transforma un guiso correcto en uno memorable. Porque como bien dice Paco Roncero: “Lo que se te ocurra, pero que dé vida”. Y en la cocina, como en la vida, ese detalle marca la diferencia.
¿Quién dijo que solo en los restaurantes con estrella Michelin se puede disfrutar así?