10 desastres de cocina que no deberías hacer nunca (y su solución)

Como se suele decir de los errores se aprende, aunque en este caso, mejor prevenirlos antes de que ocurran. Toma nota de los desastres de cocina más comunes y de cómo puedes evitarlos.

Marina Blanco, colaboradora de Cocina Fácil
Marina Blanco

Experta en cocina

Fritura de pescado
Cocina fácil

Tanto si te gusta la cocina y tienes buena mano como si tienes poca experiencia en los fogones, a veces ocurren una serie de desastres que no hemos visto venir y que desgraciadamente arruinan nuestros platos. A menudo son errores que pueden evitarse fácilmente aplicando unas sencillas soluciones. Estos son los desastres de cocina más comunes:

1. Calentar alimentos en el microondas sin poner la tapadera

Seguro que más de una vez te has visto en la situación de tener que calentar algo rápido. Y haber pensado que serán solo un par de minutos, y que no ocurrirá nada si no pones la tapadera al plato. ¡Error! Cuando abras la puerta del microondas todo estará salpicado. Las paredes, el techo y la puerta por dentro. La solución es tan sencilla como colocar siempre la tapa independientemente de lo que vayas a cocinar. De todos modos, aunque lo mejor sea utilizarlo de forma adecuada para que la suciedad no se acumule, tienes que saber que esta es la manera más fácil de limpiar el microondas en solo unos minutos.

2. Añadir alimentos rebozados a la freidora cuando el aceite no está caliente

Haces un rebozado perfecto pasando el alimento por harina, huevo batido y pan rallado, de manera que queda bien sellado para meterlo directamente en la freidora o en la sartén, pero ¿sabes qué ocurre si lo colocas cuando el aceite aún está frío? Pues que te quedará blando, aceitoso y además crudo. La mejor forma de evitarlo es comprobando que el aceite está bien caliente pero sin llegar a humear, para ello existen varios trucos: El primero es salpicar brevemente el aceite con unas gotas de agua, y si chisporrotea es que está listo, aunque no es lo más recomendable. Lo mejor es poner en el aceite un trocito de pan, si empieza a dorarse rápidamente, quiere decir que el aceite está listo para freír. Si te gustan las frituras, no te pierdas las 5 mejores técnicas de rebozado: a la andaluza, a la romana, empanado, tempura y fritura en papel.

3. Olvidarte de añadir sal al agua de cocción

Aunque parezca algo obvio, seguro que más de una vez se te ha pasado añadir un buen puñado de sal al agua de cocer pasta, arroz, o verduras. Además de que le da más sabor al alimento en cuestión, al agregar un puñado de sal al agua hirviendo, estamos aumentando el punto de ebullición del agua. El mejor momento para hacerlo es justo cuando el agua rompa a hervir, entonces agregas un buen puñado de sal, y unos 30 segundos más tarde, podrás incorporar el alimento y cocerlo según el tiempo necesario para que se cocine. Para que el agua llegue antes al punto de ebullición, ponla a calentar con la tapadera puesta, que aunque pueda parecer de sentido común, puede que a menudo se nos olvide.

4. Colocar los alimentos en una sartén fría

freír patatas

Podría decirse que es un delito en la cocina colocar los alimentos en la sartén cuando aún está fría. Partiendo de la base de que el calor es la base de la cocina, no es de extrañar que debamos respetar esa regla básica y aplicarla a las diferentes técnicas de cocinado que implican calor para cocinar los alimentos. Si ponemos carne, pescado o verduras sobre una sartén engrasada con aceite, lo que ocurrirá será que el alimento absorberá una mayor cantidad de grasa, e incluso en el caso del pescado y la carne, podrían pegarse a la sartén. Para evitar que esto ocurra, sólo tendrás que asegurarte primero de que el aceite esté bien caliente antes de incorporar los alimentos que quieras cocinar. Un wok es la mejor manera de aplicar este sencillo truco, puedes probarlo preparando esta receta de salteado de solomillo de cerdo y brócoli.

5. Saltear verduras húmedas

Aquí viene otro de los delitos culinarios más habituales. Si te fijas en la mayoría de nuestras recetas, siempre recomendamos limpiar las verduras eliminando las partes que no vayamos a necesitar, luego las lavamos con abundante agua bajo el grifo, e incluso antes de cortarlas las secamos. Con ello, además de preservarlas en condiciones óptimas, nos aseguramos de que a la hora de cocinarlas lo haremos de la mejor forma posible. Si añadimos a una cazuela con un poco de aceite unos champiñones sin secar, lo primero que ocurrirá será que chisporroteará y nos quemaremos con el aceite. Sin mencionar que los champiñones empezaran a soltar cada vez más agua, hasta que esta se mezcle con el aceite y nos arruine la receta. Asegúrate de secar bien las verduras antes de agregarlas a la sartén para evitar que eso pueda ocurrirte.

6. No probar la comida antes de servirla

Igual no siempre nos apetece probar lo que estamos cocinando, pero es fundamental probar siempre nuestras recetas, no sólo en el momento de terminarla, sino durante el proceso, de manera que podamos ir rectificando conforme vamos avanzando en la receta. Si dejamos la prueba para el final, quizás sea demasiado tarde para arreglarla, además es mucho más fácil ajustar una receta cuando estamos siguiendo los primeros pasos que cuando ya está prácticamente terminada.

7. Cocinar toda la receta a fuego vivo

Si por algo existen los tiempos de cocción y la temperatura es para asegurarnos un acierto tras los fogones. Es de vital importancia cocinar los alimentos a la temperatura requerida para que el resultado sea el esperado. Normalmente, comenzaremos cocinando a fuego vivo para bajar la intensidad en unos pocos minutos, seguir cocinando unos minutos más a fuego medio, y finalmente terminar el plato con una cocción prolongada a fuego lento de manera que los alimentos terminen de cocinarse según las indicaciones marcadas en cada receta. ¿Te imaginas qué ocurriría si guisaras unas patatas con bacalao a fuego vivo? Probablemente, el fondo de la cazuela acabaría negro con la mitad de las patatas incrustadas al fondo y un olor nada agradable se filtraría por toda la cocina.

8. Enjuagar la pasta o el arroz después de cocerlos

colando pasta

Este es quizás el error más frecuente que pueda cometerse y no porque queramos, sino porque quizás así nos han enseñado a hacerlo. Lejos de lo que puedas pensar, no es necesario enjuagar ni la pasta ni el arroz cuando terminas de cocerlo. De hecho, si lo haces, lo único que conseguirás es restarle sabor, ya que se han cocinado en agua salada para enriquecerlos. Lo mejor al finalizar la cocción del arroz o la pasta es escurrirlos, y servirlos inmediatamente con la guarnición y la salsa correspondiente.

9. Permitir el contacto entre alimentos crudos y cocinados

El contacto entre alimentos crudos y cocinados es lo que en cocinas profesionales se conoce como contaminación cruzada, y es una de las primeras lecciones que aprenden los grandes chefs, jamás debe cruzarse en la misma tabla un alimento crudo con uno cocinado. Si se hace de esta forma, los posibles gérmenes presentes en el alimento crudo podrían pasar al alimento cocinado y ocasionar malestares gástricos entre los comensales debido a la contaminación cruzada. La única manera de evitarlo es cortando primero los alimentos crudos, lavar bien la tabla, secarla, y proceder entonces a cortar los alimentos cocinados. ¿No sabes cómo limpiar tu tabla de cocina? Aquí tienes 15 trucos infalibles para limpiar tu tabla de cocina y que quede como nueva.

10. Emplear los utensilios equivocados

Cuantas veces habremos cogido un tenedor o una cuchara para remover los alimentos dentro de la sartén o del cazo, seguro que más de una y más de dos. Lo único que conseguiremos con ello será arañar las sartenes y cacerolas antiadherentes que tan útiles resultan para las tortillas, los crepes o los blinis. Cada utensilio tiene su utilidad dentro de una cocina, y es que están pensados y desarrollados justamente para esa función en concreto, los mejores que podemos usar son los de madera, plástico o silicona.