Estrella de la gastronomía catalana, aunque originariamente se creó en la zona de Tarragona, concretamente en el barrio marinero del Serrallo, la salsa romesco cada vez tiene más adeptos en toda la geografía española. Y es que es realmente adictiva.
Famosa por acompañar los deliciosos calçots, la salsa romesco casa muy bien con todo tipo de pescados, mariscos y verduras a la parrilla, también se usa en ensaladas de escarola, como el xató, y suele estar presente en muchos guisos marineros, ya que además de aportarles un extra de sabor, les confiere más consistencia.
Si se te hace la boca agua al pensar en la salsa romesco, toma nota de las tres sugerencias que te descubrimos a continuación. ¡Están para mojar pan!
1. Bocaditos de calabacín y zanahoria con romesco
Muy sencillos de realizar, estos bocaditos de calabacín y zanahoria quedan tan sabrosos que, a la que los pruebes, te van a conquistar. Los puedes servir para abrir boca en una comida especial o, simplemente, en tus menús de diario. Siempre te harán quedar muy bien. Por lo que se refiere a la salsa romesco, te ofrecemos una versión supersencilla. Así que: ¡manos a la obra!
2. Tomates rellenos de lentejas y cuscús, con romesco
Hoy tenemos una sugerencia superligera que puedes servir en cualquier situación: unos tomates rellenos. Se preparan con lentejas coral, cuscús, setas ostra o gírgolas… y para que tengan mucho sabor, antes de servir, se les agrega un poco de salsa romesco casera. Están tan ricos y quedan tan vistosos que, con total seguridad, alguno de tus comensales te va a pedir la receta.
3. Rape con mejillones y salsa romesco
El encanto de este plato marinero es la acertada combinación de sus ingredientes. Además de las colitas de rape y los mejillones, lleva unas alubias blancas y, evidentemente, para ligarlo todo, la salsa romesco. Para que el guiso todavía esté más gustoso, en lugar de usar agua, se le añade el líquido de cocer los mejillones.