¿Hay que lavar el pollo antes de cocinarlo? Los 3 mitos sobre el pollo más extendidos

La carne de pollo está rodeada de mitos que pueden hacernos cometer algunos errores en la cocina en los que no merece la pena caer. Desvelamos si realmente hay que lavarlo antes de cocinarlo y la verdad sobre otros que a veces nos intentan colar.

Sonia Murillo
Sonia Murillo

Colaboradora

mitos sobre el pollo
Cocina Fácil

El pollo es la carne más consumida de todas. Está rico, es barato, aporta proteínas de calidad y podemos cocinar con él montones de platos diferentes, riquísimos y saludables. Sin embargo, podemos cometer muchos errores a la hora de cocinarlo si nos creemos algunos de los mitos más extendidos sobre él. Si eres de los que le pega una ducha completa antes de asarlo, le quitas la piel porque has oído que tiene tóxicos o lo pasas muchísimo quizá te interese saber cuál es la verdad sobre estos mitos, los más extendidos, a la hora de cocinar pollo.

La verdad sobre los mitos más extendidos que rodean a la carne de pollo

Hay que lavar el pollo antes de cocinarlo

¿Cuántas veces hemos visto a nuestras madres y abuelas meter el pollo debajo del grifo y frotarlo bien antes de cocinarlo? Pensamos que le estamos retirando suciedad y bacterias cuando en realidad quizá estemos haciendo justo lo contrario. Lo cierto es que no es recomendable lavar el pollo porque de esta manera se pueden extender más las posibles bacterias que tenga en la superficie tanto al propio alimento en sí como producirse una contaminación cruzada con otros alimentos e instrumentos. Al cocinarlo, gracias a la aplicación del calor, quedan completamente eliminadas. Lo mismo ocurre si lo hemos congelado previamente, que el frío también elimina todas esas bacterias.

El chef Jordi Cruz, por ejemplo, lo que hace es depilar muy bien el pollo con unas pinzas de las que se usan para retirar las espinas al pescado y luego además le pasa un soplete de cocina por la superficie. De esta manera se asegura de que no queden restos de plumas, que es quizá lo que más debería preocuparnos más allá de las bacterias. Como decíamos, al cocinar la carne completamente, esta ya es segura.

quemar pollo con soplete
Cocina Fácil

Hay que quitar la piel porque está cargada de tóxicos y hormonas

Durante un tiempo, retirar toda la piel del pollo antes de cocinarla se consideraba una manera sencilla tanto de comerlo totalmente limpio de bacterias y suciedad como de reducir la ingesta de grasas y hormonas. Sin embargo, TODA la carne de pollo que se vende de manera regular en supermercados y pequeños comercios ha pasado exhaustivos controles de seguridad alimentaria y ni contiene tóxicos, ni hormonas ni antibióticos que sean perjudiciales para nuestra salud ni la afecten de ninguna manera.

Por otro lado, la piel del pollo contiene la grasa insaturada más saludable, que ayuda a mejorar los niveles de colesterol. Así que tampoco está justificado retirarla para mejorar nuestra salud. Además, desde un punto de vista meramente culinario, la piel evita que la carne se seque al cocinarla y por tanto las piezas que la conservan quedan más jugosas y más sabrosas. Eso también ayuda a usar menos sal y a recurrir a formas de cocinarla que resultan menos saludables como las frituras y rebozados.

El pollo no se debe comer crudo

Es el único mito que no es tal. La carne de pollo no debe comerse cruda ya que requiere de una cocción completa para estar libre de bacterias, lo mismo que sucede con todos los tipos de carne. Sino que se lo pregunten a las embarazadas, que para estar seguras, tienen que pasar bien cualquier tipo de alimento que consuman, hasta un chuletón de ternera.

Esto tampoco significa que debamos dejar un filete de pechuga como una suela. Hay que conseguir un punto exacto entre el cocinado completo y el excesivo. ¿Cómo podemos lograrlo? La forma más segura es usar un termómetro. La carne deberá estar en el interior a unos 71-73º pero como casi nadie se va a poner a tomarle la temperatura al pollo, debemos fiarnos de nuestro instinto de cocineros y de nuestra experiencia. Y algo que nunca falla, abrir la carne y ver cómo está el interior. Si nos hemos quedado cortos de cocción, siempre podremos prolongar el cocinado unos minutos. Si nos pasamos, ya no habrá solución...