Las mejores croquetas caseras, en este e-book descargable

¿Cuáles son tus croquetas preferidas? Según un estudio reciente, las más populares en España, por orden, son las de jamón, las de cocido, las de queso, las de bacalao y las de boletus.

Pero recetas de croquetas hay muchas, muchísimas. En este e-book hemos recopilado las mejores 30 recetas de croquetas caseras, entre las que encontrarás desde las más tradicionales, las clásicas croquetas de la abuela, hasta las más sofisticadas.

DESCARGA AQUÍ EL EBOOK DE LAS MEJORES CROQUETAS CASERAS

Porque las croquetas, un básico de nuestra gastronomía, saben adaptarse a cualquier momento. Son perfectas –de hecho, insustituibles– en cualquier aperitivo. Pero también son un entrante o una cena ideal para cualquier día de la semana. Y una opción gourmet para tus menús de fiesta o de celebración.

Croquetas, las reinas del aprovechamiento

Además de estar deliciosas, otra de las virtudes de las croquetas es que son la mejor manera de aprovechar unas sobras. Verduras, carnes, aves, pescados, mariscos... ¡no hay ingrediente que se les resista!

También podrás aprovechar esos restos de queso o embutidos que hace días que ruedan en tu nevera o el arroz cocido que sobró el domingo.

Las bondades de las croquetas

• Son baratas. Sí, porque incluso las de marisco salen económicas. Al final, necesitas poca cantidad de cada ingrediente porque la mayor parte de la masa es la bechamel.
• Gustan a todos. ¡Sobre todo a los niños! Bueno, y a los mayores también. De hecho, las croquetas gustan a casi todo el mundo. Y son la receta ideal para conseguir introducir más pescados y verduras en tu dieta diaria.
• No cansan nunca. Una vez tengas práctica en hacer croquetas, atrévete a hacer pequeñas variaciones en la receta. Añade o sustituye algún ingrediente, innova en la salsa para acompañarlas... hazlas tuyas y diviértete cocinándolas.
• Las puedes preparar con antelación. Es verdad que ponerse a hacer croquetas no es preparar un sándwich. Necesitas tiempo, pero puedes preparar más cantidad y congelar las que no te comas. Así las tendrás listas para cualquier día que te apetezcan, porque no hace falta descongelarlas para freírlas.

DESCARGA EL EBOOK