Con el calor veraniego llegan las primeras picotas del Jerte certificadas por su exclusivo sabor por el Consejo Regulador. Esa joya de los cerezos extremeños es de un rojo intenso, un sabor inigualable y aporta innumerables beneficios para la salud.
Este año, además, las primeras picotas llegan con una novedad en el calendario: su propio "Día Internacional Picota del Jerte" que se celebrará cada 15 de junio para dar a conocer las virtudes de esta exclusiva cereza.
La cereza sin rabito
La picota del Jerte es la única que se desprende del árbol sin su péndulo, de forma natural. Lleva siempre el sello de la Denominación de Origen Protegida para distinguirlas de otras cerezas a las que se les retira el rabito manualmente y de falsificaciones, que también las hay...
Aunque es pequeña de tamaño, tiene mucho sabor, una textura crujiente, un dulzor extraordinario y se conservan más tiempo que otras variedades: pueden aguantar más de dos semanas en frío.
El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte certifica cuatro variedades: Pico Limón Negro, Pico Negro, Pico Colorado y Ambrunés. Esta última es la más apreciada por que es la que más tiempo madura en el árbol al sol, lo que la convierte en la más dulce.
Cerezas del Jerte
Un cultivo sostenible y tradicional
Estas cerezas son originarias del Valle del Jerte, en el norte de Extremadura, donde se cultivan desde el siglo XVII, entre montañas de más de 2.000 metros de altitud, en bancales regados por arroyos cristalinos.
Para florecer, los más de dos millones de cerezos necesitan acumular durante el invierno entre 800 y 1.000 horas de frío y esperan a que terminen las heladas para mostrar su flor a finales de marzo. Ese es un extraordinario espectáculo natural que dura unos 14 días y que da pie a la Fiesta del cerezo en flor.
Cuando llega el grado óptimo de madurez, la recogida de picotas se realiza una a una, de forma totalmente artesanal, a mano y con cestas de castaño, como manda la tradición secular. Esta filosofía de respeto a la tradición y al medio ambiente lo hacen un alimento sostenible y supersaludable.
Las cerezas que cuidan de tu salud
Además de estar riquísimas, las cerezas del Valle del Jerte presentan unos elevados niveles de triptófano, así como de serotonina y melatonina, según concluyó un estudio de la Universidad de Extremadura (UEX). Estos elementos contribuyen a regular el estado de ánimo y el ciclo del sueño.
Y no solo eso, además, las picotas son ricas en fibra, diuréticas, depurativas, antioxidantes y, por su bajo contenido en grasas y su poder antiinflamatorio, también contribuyen a prevenir enfermedades cardiovasculares y mejoran la circulación.
Además de disfrutarlas en cualquier momento del día como tentempié o de postre, puedes preparar deliciososs pasteles con ellas como la tarta de limón con cerezas, la tarta de cerezas y requesón o una charlota de mousse de cerezas.