3 gildas fáciles, sabrosas y con mucho rollo en 5 minutos: las hago con productos de Mercadona… ¡y son ideales para el aperitivo o el tardeo!

No sé tú, pero en cuanto empieza a asomar el sol y se alargan los días, yo ya estoy moviendo sillas, sacando aceitunas y planificando el primer picoteo oficial de la temporada en la terraza. Hay cosas que no fallan: unas bebidas frías, buena compañía… y unas gildas caseras que te reconcilian con el mundo. Porque sí, las gildas son ese aperitivo de toda la vida que tiene algo de ritual y mucho de placer. Montarlas es fácil, quedan resultonas y, si te organizas bien, en menos de 15 minutos las tienes listas.

El otro día preparé tres versiones diferentes: la clásica gilda picante, una con salmón ahumado que está para llorar de lo buena que está, y otra con pota y tomate seco que se desmarca un poco de las tradicionales, pero triunfa siempre. En 5 minutos tenía todos los ingredientes en la bolsa, tan solo me acerqué al Mercadona de mi barrio, que ya me conozco los pasillos de memoria y siempre encuentro todos los productos que necesito para cocinar. Spoiler: las guindillas y las aceitunas rellenas de anchoa que tienen son un escándalo.

Gilda mediterránea, la más original

 Gilda ahumada, la más sofisticada

Gilda picante, con mucha chispa

¿Cómo servir las gildas?

Cuando me da por preparar este tipo de picoteos, acabo siempre con la mesa llena de platos pequeños y todo el mundo comiendo de pie, como en los buenos aperitivos de antes. Me encanta ese ambiente informal, de ir picando, comentando cuál te ha gustado más… Y lo mejor es que puedes dejarlo todo listo con antelación y no estar metido en la cocina mientras los demás disfrutan.

Para cada tipo de gilda utilizo un recipiente distinto. Unas las sirvo en boles, otras en bandejas alargadas (puestas unas junto a las otras), otras en platos... Así la mesa queda supercolorida y llena de vida. Y un truco para poder tenerlas hechas es cubrirlas con film transparente, reservarlas en la nevera hasta media horita antes de servirlas y, en el último momento, pintarlas con un poco de aceite de oliva para devolverles el brillo si es que lo han perdido.

¿Y sabes qué? Todos los ingredientes son fáciles de encontrar y no tienes que hacer una ruta gourmet para conseguirlos. Yo, aposté sobre seguro, los compré en Mercadona, que tiene justo lo que necesitas para montar estas tres versiones sin complicarte y con un sabor que sorprende. Especial mención a sus aceitunas y guindillas, que son una maravilla por cuatro duros.

A veces nos empeñamos en que un aperitivo tiene que ser algo sofisticado o elaborado, pero lo cierto es que con cuatro ingredientes bien combinados puedes hacer que una tarde cualquiera en tu terraza se convierta en un espectáculo. Así que ya sabes: saca los palillos, prepara un vermutito bien frío y date el gustazo. Estas gildas se hacen en un momento y se disfrutan como si estuvieras en un 3 estrellas Michelín. Anímate a montarlas y haz del aperitivo (o del tardeo) de este fin de semana algo memorable.

Una receta de gilda de extra

Esto también me pasa a menudo, una vez me pongo a cocinar aperitivos, siempre me sale alguno extra, en este caso, cuando fui a la compra no pude resistirme a llevarme a casa unos boquerones y con ellos preparé otra gilda que también tuvo mucho éxito en casa. 

Ensarté una anchoa, un boquerón, un dado de queso cheddar curado, guindilla y aceitunas rellenas... ¡También estaba buenísima!