Si quieres descubrir más recetas saladas, fíjate en el pan de brioche al horno con queso, maíz y jamón serrano (en este caso, usamos una barrita de pan tipo brioche o pan de leche). Y si buscas propuestas dulces, no te pierdas el brioche de queso crema y naranja, el brioche de dos colores o el brioche estrella de manzana y almendras. Todas las recetas quedan buenísimas.

Lo bueno de esta receta es que se adapta a cualquier época del año. Con la llegada del buen tiempo, puedes servir este brioche para abrir boca en una cena especial a la luz de las estrellas, pero también te hará quedar muy bien en una comida de celebración. Además, como se puede servir tanto frío como tibio, lo puedes preparar en cualquier época del año. ¡Incluso, en Navidad! Todo el mundo quedará encantado.

Respeta el tiempo de levado

Realizar este brioche salado no es complicado, pero si necesita tiempo de elaboración. Y es que, para que la masa suba bien, necesitará un levado en dos tiempos (cada uno de 30 minutos) y luego, una vez repartido el relleno y formado el rulo, un reposo de 15 minutos.

Uno de los encantos de la masa es que, además de leche, mantequilla, harina, sal y levadura fresca, se le agrega unos trocitos de manzana, orejones y frutos secos. El sabor que le aportan es extraordinario.

Respecto al relleno, hemos optado por incorporar jamón de York y cualquier queso fundente, pero puedes dejar volar tu imaginación y agregar otros ingredientes que te gusten. Más adelante te damos algunas ideas muy útiles.

Ideas y variantes para el brioche salado relleno de queso y jamón de York

• En lugar de jamón de York, puedes agregar unas lonchas de jamón serrano, beicon o unos trocitos de sobrasada. En este último caso, lo mejor es que sirvas el brioche un poco calentito. Así se fundirá un poco y el sabor será extraordinario.
• También puedes optar por unas salchichas de Frankfurt. Lo ideal es que las pongas enteras. Otro ingrediente que quedará muy bien es el salmón ahumado. Tanto en un caso como en el otro, el sabor ahumado combinará muy bien con el dulzor del brioche.
• Una vez hayas colocado el jamón de york y el queso, puedes espolvorear por encima unas hierbas aromáticas. Prueba, por ejemplo, con orégano, perejil, tomillo… o una mezcla de varias.
• Sobre el queso, lo ideal es usar un queso fundente. Puedes decantarte por un cheddar, un emmental, un camembert o un brie. Y si te gustan los sabores fuertes, no dudes en agregar unos daditos de queso Roquefort.

Si te apetece descubrir más versiones de este clásico estival, echa un vistazo a la corona de ensaladilla con encurtidos o los aguacates rellenos de ensaladilla, un entrante de lo más festivo y fácil. Y si buscas una idea más ligera, toma nota de la ensaladilla rusa con yogur (sin tanta mayonesa).

La receta que te traemos hoy es una versión un poco diferente de la ensaladilla rusa, pensada para servir en una ocasión especial: un flan de ensaladilla. Se prepara con patatas, zanahoria, judías verdes, pimientos del piquillo… También lleva salmón ahumado y merluza desmenuzada, que le aportan un sabor delicioso. Además, para conseguir que mantenga su forma de flan, se le agregan unas hojas de gelatina. No dejes escapar esta propuesta porque el resultado es espectacular. Seguro que, a la que la lleves a la mesa, tus comensales quedarán gratamente sorprendidos.

Pasos esenciales

Tal y como antes comentábamos la clave de esta receta es la gelatina, que ayuda a mantener la forma de flan a la ensaladilla. Primero, prepara las verduras y los pescados. Sobre todo, una vez tengas la merluza cocida, retira la piel y repasa bien la carne para que no quede ninguna espina. No hay nada más desagradable que encontrar una espinita al comer.

Por lo que se refiere a la gelatina, hidrátala en agua fría durante 5 minutos, escúrrela bien y dilúyela en un cuenco con la nata caliente (ya fuera del fuego). Luego, agrega mayonesa, las verduras y los pescados troceados, salpimienta y remueve hasta que todo esté bien integrado. En este punto, solo te quedará verter la mezcla en unas flaneritas y dejar cuajar en la nevera unas 12 horas. Respeta este tiempo de reposo o el resultado final no será el esperado.

Transcurrido el tiempo, ya podrás desmoldar los pastelitos y emplatarlos. Nosotros lo acompañamos con unas lonchitas de salmón ahumado y un poco de cebollino picado, pero puedes agregar cualquier ingrediente que te guste: unas gambitas o langostinos cocidos, un poco de huevo rallado, unas tiras de pimientos del piquillo, aceitunas, encurtidos picaditos…  Deja volar tu imaginación.

Ideas y variantes para el flan de ensaladilla

• Si quieres aligerar la ensaladilla, en lugar de utilizar una mayonesa clásica, decántate por una que sea light.
• Esta ensaladilla no lleva guisantes, pero puedes agregarlos a la mezcla de verduras. Pueden ser congelados, pero si es temporada, utilízalos frescos.

• En esta ocasión, hemos usado merluza para enriquecer esta ensaladilla, pero puedes decantarte por la pescadilla, el mero, el rape, el bacalao… Incluso, puedes utilizar los restos de cualquier pescado blanco que te hayan sobrado de otra elaboración. Será una excelente receta de aprovechamiento.
• Puedes sustituir el salmón ahumado por gambas, langostinos, palitos de surimi… Para que se integren bien con el resto de ingredientes, córtalos en daditos pequeños.
• Para ir más rápido, puedes usar unas verduras congeladas para ensaladilla, pero, sobre todo, que sea un producto de buena calidad. Así el resultado seguirá siendo delicioso.

Otras recetas de flanes salados que no te puedes perder

• Flan de aguacate, esponjoso y sorprendente
• Flan de champiñones con salsa de tomate
• Flanecitos de verduras con ensalada
• Flanes de calabacín al parmesano

Pero... ¿has probado alguna vez las panades? Son un plato típico de Mallorca, especialmente durante la Semana Santa. Estas empanadas rellenas de cordero y guisantes se han preparado en las Islas Baleares durante siglos y siguen siendo populares hoy en día. Su origen se remonta a los pastores, que necesitaban un plato fácil de llevar y nutritivo para sus largas jornadas de trabajo. 

Cómo preparar las panades

Para prepararlas, solo tendrás que seguir unos pasos sencillos. Primero, macera el cordero junto con los guisantes para formar el relleno. Puedes añadir también sobrasada, un ingrediente muy típico de la isla, que le dará un toque único a la receta. Luego, manipula la masa y forma las empanadas, rellenándolas con la mezcla de cordero y guisantes y sellándolas bien. Una vez formadas, hornéalas durante unos 50 minutos hasta que la masa esté dorada y crujiente. Y listo.

¿Buscas una versión más rápida? Puedes optar por usar masa ya preparada, como hojaldre, que encontrarás fácilmente en el supermercado. Así, ahorrarás tiempo y tus panades estarán listas en un abrir y cerrar de ojos sin perder sabor. Sin embargo, si tienes tiempo, te recomendamos preparar la receta desde cero.

A continuación, te dejamos los ingredientes y los pasos para que veas lo fácil que es. ¡Te sorprenderás!

Consejos finales para tus panades

• Para que tus panades salgan perfectas, aquí tienes algunos consejos: 
• Si quieres una masa más crujiente, agrega un poco más de manteca de cerdo.
• Para un relleno más jugoso, marina el cordero con vino blanco unas horas antes.
• Si las empanadas se doran demasiado rápido, cúbrelas con papel de aluminio en los últimos minutos de cocción.
• Además, puedes variar el relleno probando pollo, cerdo o una opción vegetariana con setas y espinacas.
• En algunas zonas de Mallorca, se añade huevo duro picado para darle un toque especial. 

El hojaldre es una de las masas más utilizadas en la cocina, ya que se hornea con facilidad y da un toque crujiente a cualquier preparación. En este caso, lo utilizaremos como base para un aperitivo irresistible, donde la combinación de jamón ibérico, queso manchego y tomate en taquitos le da un sabor auténticamente español.

Uno de los secretos de esta receta es la maceración de los ingredientes. Al dejar reposar el tomate, el queso y el jamón con el aliño, conseguimos que los sabores se integren mejor y que la ensalada tenga una textura más jugosa. Este pequeño paso marca la diferencia y garantiza un resultado espectacular.

Además de su sabor delicioso, estas cestitas de hojaldre destacan por su presentación. Son ideales para reuniones familiares, cenas con amigos o cualquier ocasión especial en la que quieras sorprender a tus invitados con un aperitivo sofisticado sin complicarte demasiado en la cocina.

Como puedes ver, la preparación de estos canapés es muy sencilla. Solo tienes que hornear el hojaldre en forma de cestitas, dejar macerar los ingredientes del relleno y luego combinarlos justo antes de servir. En pocos pasos, tendrás un aperitivo delicioso y bien presentado.

El equilibrio de sabores en esta receta es clave. La intensidad del jamón ibérico se suaviza con el queso manchego, mientras que el tomate y el aliño le dan frescura. El resultado es un bocado espectacular que combina matices dulces, salados y ligeramente ácidos.

Trucos para mejorar el resultado de tus canapés

• Si quieres un hojaldre más crujiente, puedes pinchar la base con un tenedor antes de hornearlo. También es recomendable usar moldes antiadherentes o engrasarlos ligeramente para facilitar el desmoldado.
• Para evitar que el hojaldre se reblandezca, lo mejor es rellenar las cestitas justo antes de servirlas. Así, conservarán su textura ligera y crujiente, ofreciendo un contraste perfecto con el relleno fresco y sabroso.
• Si te sobra relleno, puedes aprovecharlo como ensalada por sí sola o servirlo sobre rebanadas de pan tostado. Aunque el hojaldre es el acompañamiento ideal, esta combinación de ingredientes funciona muy bien en distintas preparaciones.

Con estas cestitas de hojaldre rellenas de ensalada ibérica, tienes una opción fácil, elegante y llena de sabor. Anímate a prepararlas y sorprende a todos con un aperitivo que combina lo mejor de la cocina española en un solo bocado. ¡Que aproveche!

Las variaciones de pasteles salados son infinitas y puedes lucirte sin muchas complicaciones preparando un pastel de berenjena y patata con relleno vegano, una lasaña de berenjena, requesón, tomate y pollo, un pastel de patata y calabacín con tomate o un pastel de puré de patata y calabacín gratinado con queso, pero la receta que te proponemos hoy resulta algo más ligera y equilibrada porque sustituye la pasta y la patata por berenjena y le añade la proteína del atún.

¿Estás listo para preparar la receta que te solucionará la cena el día que más cansado llegues de trabajar y más necesites tu momento de relax?

El último paso de la preparación puedes hacerlo en el último momento y dejar preparado el pastel en la nevera el día antes, solo te quedará hornear y gratinar.

En cuanto al queso rallado puedes usar la variedad que desees, nosotros hemos usado un queso cheddar curado recién rallado porque le proporciona a la tarta un sabor intenso y delicioso, pero puedes usar tu variedad favorita (emmental, gouda, mozzarella, parmesano...)

Otras recetas con berenjena que no te puedes perder

Si eres un amante del sabor de la berenjena, te sugiero que te animes a preparar la musaka de calabacín y berenjena, las berenjenas al estilo turco, los bocaditos crujientes con berenjena o el pastel de berenjenas a la parmesana.

Además de la tradicional quiche lorraine, la madre de todas las quiches, en los recetarios podemos encontrar muchísimas variantes. No te pierdas, por ejemplo, la quiche de pollo, queso y verduras, la quiche de salmón y verduras o la quiche de puerros con beicon y emmental.

Y también puedes preparar la quiche de calabacín, gorgonzola y nueces que te proponemos hoy. No la dejes escapar porque es una auténtica delicia. Además, su presentación es muy bonita. A la que la lleves a la mesa, todo el mundo quedará gratamente sorprendido.

Pasos esenciales

Uno de los encantos de las quiches es conseguir que la masa quede doradita y crujiente. Si la base queda cruda o demasiado blanda, el plato perderá toda su gracia. Para conseguirlo, te recomendamos que hornees la masa previamente en blanco (es decir, sin el relleno) y con un papel de horno y unas legumbres secas encima. Con este gesto, conseguirás que quede perfecta y, de paso, ni se deformará ni se hinchará.

Un truco facilísimo que utilizan los cocineros es pintar la base con clara de huevo batida justo después de hornearla. Así, con el calor, se forma una capa protectora que evita que la masa se humedezca.

Respecto al relleno, bate los huevos primero con unas varillas manuales para que queden bien esponjosos y, luego, la nata líquida y el resto de ingredientes. En nuestro caso, hemos utilizado queso gorgonzola, nueces y rodajitas de calabacín. Procura que las rodajas sean de tamaño similar y lo más finas posibles. Una buena idea es usar una mandolina, pero, si no dispones de ella, también las puedes realizar con un cuchillo bien afilado.

Para cualquier ocasión

Perfectas para tomar en cualquier momento del día, tanto para comer, acompañadas con una ensalada, como para cenar, las quiches están muy ricas, frías, a temperatura ambiente o calientes. Además, como se pueden preparar con antelación y transportar sin problemas, también son ideales para llevar de picnic o a la oficina.

Si nunca las has preparado, te animamos a empezar con esta de calabacín que te traemos hoy. Seguro que quedarás encantada y la harás en más de una ocasión.

Ideas y variantes para la quiche de calabacín, gorgonzola y nueces

• El gorgonzola combina a la perfección con el calabacín y las nueces, pero también puedes probar con mascarpone, emmental, queso de cabra o Roquefort.
• Nosotros untamos el molde con un poquito de mantequilla y, luego, lo enharinamos, pero puedes forrarlo con una hoja de papel de horno.
• Puedes enriquecer esta quiche con unos daditos de jamón serrano. En este caso, ten cuidado a la hora de sazonar el relleno porque el jamón ya contiene sal. También puedes agregar jamón cocido, beicon, pechuga de pavo o unas tiritas de salmón ahumado.
• Respecto a las nueces, sustitúyelas por unos piñones o unas almendras cortadas en palitos.
• Para un extra de sabor, espolvorea unas hierbas aromáticas por encima de la tarta. El tomillo o el orégano quedarán la mar de bien.
• Para reducir calorías, en lugar de nata líquida, utiliza leche evaporada.

En nuestro recetario puedes encontrar desde la tradicional quiche lorraine, con panceta o beicon, hasta la de salmón o la de tomate con queso manchego. Todas quedan espectaculares. Y, lo bueno es que se pueden preparar con antelación y tomar tanto frías como calientes.

Si siempre las has comido fuera de casa, pero nunca te has atrevido a ponerte con las manos en la masa, hoy te traemos una idea con la que puedes iniciarte: una quiche de harina integral con calabaza y calabacín. Saludable y gustosa, es perfecta para tus menús de diario o para una cena informal. Incluso la puedes llevar a la oficina. Es tan sencilla de realizar que la vas a querer cocinar más veces así que... ¡no dudes en guardarla en tu libro de las recetas que siempre salen bien!

Pasos esenciales de la receta

La realización de esta quiche es algo laboriosa, pero no es nada complicada. El primer paso es preparar la base porque necesita 1 hora de reposo. Para elaborarla, acuérdate que debes tamizar previamente la harina. Colócala en un colador y muévelo, dándole ligeros golpecitos, para que caiga sobre el recipiente escogido en forma de lluvia. De esta manera, la masa no tendrá ni grumos ni apelmazamientos. Luego, ya la podrás mezclar con la mantequilla, el huevo, sal y agua hasta obtener una masa suave, que no se pegue a las manos.

Transcurrido el tiempo recomendado, ya la puedes hornear. Es importante cocerla previamente sin el relleno para que, luego, no se ablande durante la cocción con la humedad de los ingredientes. Es lo que se llama hornear en blanco.

Colócala en un molde engrasado o forrado con papel sulfurizado, pínchala con el tenedor, agrega unas legumbres secas encima para que no se hinche y hornéala 10 minutos. Una vez fría, ya podrás agregar el relleno de calabaza y calabacín, espolvorear el queso rallado por encima y volver a hornear hasta que cuaje. 

Esta quiche quedará muy bien con un queso fundente y cremoso, tipo emmental, pero también puedes optar por gruyere, mozzarella, cheddar… o una mezcla de todos.

Ideas y variantes para la quiche de harina integral con calabaza y calabacín

• Si quieres hacer una versión exprés de esta receta, sáltate toda la elaboración de la masa y utiliza una masa brisa refrigerada, de las que se compran en el supermercado. No será lo mismo, pero quedará también muy rica y la tendrás lista en la mitad de tiempo (o menos).

• Nosotros hemos usado calabacín y calabaza para realizar el relleno de esta quiche, pero puedes decantarte por otras verduras que tengas en casa o que te gusten más. Prueba, por ejemplo, con pimientos, cebolla, espárragos, calabaza, zanahoria… Córtalos en daditos pequeños para que se cuezan bien. En caso de escoger coliflor, antes de saltearla, te recomendamos que escaldes los ramilletes unos minutos en agua hirviendo.
• Al preparar el relleno, agrega unos daditos de jamón de York o de jamón serrano.
• Los frutos secos también quedarán muy bien. En el momento de esparcir el queso, añade unas nueces o anacardos picaditos, unos piñones…
• Para una versión más ligera, sustituye la leche por leche evaporada. En cambio, si quieres enriquecerla, utiliza nata líquida.

Se preparan con una masa casera similar a la pizza. La ponemos en unos moldes de magdalenas y con el relleno de mozzarella, orégano y tomate, parece que nos comamos una pizza en forma de magdalena, ¡seguro que sorprendes con esta propuesta!

Lo mejor de todo es que, al utilizar una masa de pizza, puedes conseguir un resultado similar sin la complicación de preparar una base gruesa. Estos bollitos de queso son ideales como tentempié para cualquier ocasión y son toda una explosión de sabor en cada bocado gracias al queso derretido y el tomate.

Además de ser deliciosos, los bollitos son muy esponjosos, ideal para disfrutar en cualquier momento del día. Desde un aperitivo o un snack rápido, hasta una merienda, estos bocaditos te salvarán cuando necesites algo delicioso en poco tiempo.

La clave de esta receta está en los ingredientes, que le dan un toque casero que la hace especial. Con la mozzarella y el tomate frito, la combinación es perfecta, pero puedes hacer variaciones al gusto sin perder lo esencial, que es la textura de la masa y el sabor del queso.

Por supuesto, si no eres amante de las salsas preparadas, puedes preparar tu propia salsa de tomate casera. En este video te mostramos cómo:

Si te ha gustado esta receta, no te puedes perder nuestras tartas saladas. Te aseguramos que, las prepares para la ocasión que sea, van a ser todo un éxito. Desde la tarta salada de calabacín y queso de cabra, hasta la de tomatitos y puerro o la de queso y tomates cherry, todas son deliciosas. Y si tienes una reunión con muchos invitados, mejor aún, puedes preparar varias y así habrá opciones para todos los gustos.

Estos bollitos salados son la combinación perfecta de sencillez y sabor, ideales para acompañar una comida ligera o como parte de un aperitivo variado. Aunque su preparación es rápida, el resultado es tan sabroso que parecerá que has dedicado horas a preparar la comida.

El uso de la mozzarella no solo les da un toque delicioso, sino también una textura cremosa que se derrite en la boca. Si eres amante de los sabores caseros, este es el tipo de receta que querrás preparar siempre que te apetezca algo diferente.

Puedes variar el relleno de los bollitos para adaptarlos a tus gustos, pero la base de masa de pizza es la clave para conseguir un resultado de 10. Si eres fan de los sabores italianos, sin duda disfrutarás de esta receta tanto como si fuera una pizza.

Anímate a probar esta receta y sorprende a tus invitados con un aperitivo que no dejará indiferente a nadie. ¡Seguro que esta receta se convertirá en una de tus favoritas para tus reuniones o meriendas en familia!

Pero el otro día, una amiga mía vegana vino a comer a casa y quise sorprenderla con la receta que te propongo hoy. Seguramente has oído hablar de la frittata. Y es que esta especialidad de la cocina italiana más tradicional es una delicia. Similar a la tortilla, aunque con algunas diferencias, la frittata tiene la particularidad que, en lugar de cuajarse por los dos lados como la tortilla, se cocina solo por uno en la sartén y, luego, generalmente, se acaba en el horno.

Pues la versión que cociné para mi amiga, una frittata de seitán y shiitakes con chutney de sanfaina, no tiene nada que envidiar a la receta original. Realizada con harina de garbanzos y maíz, en lugar de huevo, esta frittata tiene una combinación de sabores deliciosa. Lleva verduritas, seitán, shiitakes… Además, se acompaña con un chutney de sanfaina que le aporta un delicioso toque agridulce.

Y, si después de ver esta propuesta, te has quedado con ganas de descubrir más recetas veganas, no te pierdas el potaje de quinoa, tofu y coliflor al curry con cúrcuma y jengibre, la gyoza de verduras, tofu y setas o los espaguetis de trigo sarraceno con kale y salsa de pimientos.

Las claves de la receta

Aunque la elaboración de esta frittata es algo laboriosa porque tiene varios pasos, lo cierto es que no es nada complicada de realizar. Una de las características de esta receta es que se prepara con harina de garbanzos y harina de maíz. Las harinas, mezcladas con agua, la sal y el perejil, forman una masa que, tras la cocción, queda doradita y sabrosa, similar a la frittata tradicional.

Para elaborar la receta, primero tienes que cocinar todos los ingredientes escogidos (cebolla, pimientos, tomatitos, seitán y shiitakes) en una sartén que pueda ir al horno y, cuando estén tiernos, verter la mezcla de harina por encima. En este punto solo te quedará tapar la frittata y dejar que cuaje.

Hazlo a fuego lento, para que la frittata no se reseque y retenga la humedad. Cuando veas que los bordes están tostaditos y la superficie hecha, ya estará lista. De todas manera, para un mejor acabado, lo ideal es que pongas la sartén en el horno durante unos minutos.

La frittata se acompaña con un delicioso chutney de sanfaina. La clave para que esta salsa agridulce, tipo mermelada, quede perfecta es no tener prisa y dejar que las verduras y la manzana se cocinen muy lentamente. Así, poco a poco, la salsa irá adquiriendo su textura, espesa y cremosa, tan característica.

Ideas y variantes para la frittata de seitán y shiitakes con chutney de sanfaina

• La frittata admite infinidad de verduras. Prueba con calabacín, berenjenas, espárragos, brócoli o coliflor. También puedes decantarte por champiñones o setas de temporada.

• Si te sobra chutney, guárdalo en la nevera dentro de un recipiente hermético y aprovéchalo para acompañar otras elaboraciones. Si no sigues una alimentación vegana o vegetariana, puedes servirlo con carnes a la plancha y quesos.

El pan de molde es un ingrediente que, especialmente en cocina exprés, nos abre una gama amplia de posibilidades, sobre todo cuando necesitamos una receta rápida que nos solucione una cena o una comida y que a la vez sea llamativa y resultona. Es un elemento muy versátil tanto para preparar pasteles fríos (combinando, por ejemplo, vegetales y pescados en conserva con el aliño de una salsa mayonesa) o calientes (por ejemplo, con verduras, queso fundido y pollo o pavo cocido).

La propuesta de hoy es un pastel muy completo que incluye jamón cocido, pechugas de pollo, tomate, queso y mantequilla. Lo prepararás con pan de molde sin corteza (puedes elegirlo blanco o integral) y el toque mágico lo conseguirás cuando lo gratines al horno con bechamel. 

¿Lo mejor? Que puedes prepararlo con antelación y reservarlo en la nevera para calentarlo y gratinarlo en el último momento. ¡Su capa crujiente y su dosis extra de sabor le encantará a toda la familia!

En nuestra receta hemos elegido el queso emmental para gratinar, pero si te gustan los sabores más fuertes puedes gratinar con un queso cheddar curado o aventurarte a la intensidad de un queso manchego. ¡Quedará igualmente delicioso!

Y si eres amante de las especias, puedes coronar con orégano rallado y decorar con perejil o cebollino fresco.

Más recetas de pasteles calientes con pan de molde

• El Sandwichón, la receta imprescindible cuando no dispones de mucho tiempo y quieres quedar bien, más fácil de hacer que una pizza y delicioso.
• La versión salada del clásico pastel de la abuela, el pastel de jamón y queso con pan de molde, se prepara en cuestión de minutos y siempre sale bien.
• El pastel salado más fácil, con pan de molde, jamón york y queso.
• El pastel de beicon con queso, que puedes servir recién hecho o dejándolo enfriar y conservándolo en la nevera para el día siguiente (es una opción ideal para el táper).

• La lasaña de pan de molde, beicon y manzana, una delicia que combina dulce y salado, se hace en poquísimo tiempo y se basa en ingredientes simples y fáciles de encontrar.

¿Prefieres un pastel frío?

Si lo que quieres es un pastel frío para poder llevar en el táper sin necesidad de calentarlo o porque te apetece prepararlo como plato fuerte de un buen picoteo, te proponemos el pastel frío marinero con salsa rosa, el pastel frío con salmón, queso crema y espinacas o el pastel frío de langostinos, lechuga y salsa rosa.

El queso feta es un ingrediente clave en esta receta con hojaldre, ya que su sabor se complementa a la perfección con las espinacas. Esta mezcla crea un contraste de texturas que hará que tus invitados pidan más. Además, el hojaldre le da a la receta ese toque crujiente que tanto gusta en los aperitivos.

El paso a paso de esta receta es tan sencillo que cualquier persona, incluso los más novatos en la cocina, pueden hacerlo sin problemas. Se trata de preparar una mezcla de espinacas y queso que se hornea dentro de un cuadrado de hojaldre, ¡y listo! Es una receta rápida y sin complicaciones que ofrece un sabor delicioso en cada bocado.

Consejos y variaciones para los bocaditos de hojaldre

• Si prefieres hacer estos bocaditos con un toque aún más sabroso, puedes añadir un poco de queso rallado por encima antes de hornearlos, para que se forme una costra extracrujiente. Además, si no tienes un molde para magdalenas, puedes hacerlos en una bandeja para hornear, pero debes asegurarte de que el hojaldre no se estire demasiado.
• Estos bocaditos son ideales para preparar con antelación. Puedes dejar la mezcla lista en la nevera y montar los bocaditos justo antes de hornearlos. Esto te permitirá ahorrar tiempo en reuniones o cenas familiares, y tus invitados se quedarán encantados con el sabor.
• Si buscas la opción más ligera para la cena, estos bocaditos son perfectos. Puedes acompañarlos con una ensalada o una sopa, y tendrás un plato completo y delicioso sin complicarte mucho en la cocina. ¡Una receta que nunca falla!

Y si te gustan los bocados salados de hojaldre, no te pierdas este otro aperitivo, las rosas de hojaldre, que puedes preparar con chorizo y queso o con jamón y queso, como verás en el vídeo:

Más ideas de aperitivos con hojaldre

Si te ha gustado esta receta, no te puedes perder otras opciones del repertorio de Cocina Fácil, como nuestras rosas de hojaldre crujiente con jamón y queso, los conos de hojaldre rellenos de ensaladilla o los palitos de hojaldre. Todas son fáciles, rápidas, deliciosas, ¡y te aseguramos que encantarán a todo el que las pruebe! ¿A qué estás esperando?

La receta que te proponemos hoy en Cocina Fácil reúne todos estos requisitos y, además, es muy barata, así que no se puede pedir más. Los ingredientes suelo tenerlos en casa: huevos, atún en conserva, beicon, patata, cebolla o puerro y mozzarella. Y en cuanto a la elaboración... ¡no puede ser más sencilla! Se trata de triturar la patata y la cebolla en crudo, mezclarlas con el resto de los ingredientes y hornear la masa obtenida durante unos 20 o 25 minutos.

El paso de triturar la patata y la cebolla es importante, porque es el que permite que el pastel tenga después una textura más suave y homogénea. Esa es la diferencia con otros pasteles de patata, que se preparan con las patatas cortadas a rodajas o ralladas.

Otros pasos importantes de la receta:

• Escurre muy bien las hortalizas antes de mezclarlas con el resto de los ingredientes, para que la mezcla no quede acuosa (esto haría que la textura final no fuera la adecuada, quedaría demasiado húmeda).
• También el atún hay que escurrirlo muy bien antes de añadirlo. Por cierto, puedes elegir el que más te guste: atún en aceite (en este caso, guarda el aceite en un tarro para cuando tengas que elaborar una mayonesa casera o para aliñar una ensalada, por ejemplo), atún al natural o incluso atún en escabeche.
• En cuanto a la mozzarella, yo suelo utilizar mozzarella fresca, de la que viene en bola, en bolsitas con suero para la conservación del queso. Escúrrela muy bien, incluso sécala con papel absorbente de cocina, y luego trocéala. Si no tienes mozzarella fresca puedes usar mozzarella rallada, el resultado no es el mismo pero el pastel también queda muy bueno.

Como ves, el resultado es un pastel que está a medio camino entre una quiche (sin masa base) y una tortilla. Lo ideal para que se cocine adecuadamente es que tenga un grosor de unos 2 dedos y medio, así que elige el molde del tamaño que te permita obtener ese grueso de masa una vez la hayas vertido en él.

Ideas para personalizar el pastel de patata, atún y beicon

• Puedes añadirle alguna hortaliza más, como calabacín o zanahoria. Tritúralos junto a la patata y déjalos escurrir muy bien antes de mezclarlos con los demás ingredientes de la receta. 
• Si te gustan los sabores intensos, utiliza un queso más potente que la mozzarella. Por ejemplo, gouda, cheddar o incluso queso curado o manchego, sea de vaca o de oveja (o un queso mezcla). El rulo de cabra también le va muy bien a esta receta, pero le cambia el sabor por completo, tenlo en cuenta.
• Agrega un plus de sabor con hierbas aromáticas. Puedes utilizar romero, orégano, albahaca... Conseguirás un toque muy mediterráneo en tu pastel salado.

Otros deliciosos pasteles de patata

Si en lugar de la patata triturada, te gusta más encontrar la textura de las patatas a rodajas, tipo lasaña, prueba la propuesta de Cocina Fácil, con queso bola o en forma de pastelitos individuales para los más pequeños de la casa.

También puedes hacer el pastel de patata con un relleno de pisto de berenjena, con espinacas o en cazuelita con beicon y huevo.

Originalmente, la quiche se preparaba con una base de masa de pan y un relleno simple de nata, huevos y panceta. Con el tiempo, la receta fue cambiando: se empezó a usar masa quebrada o brisa en lugar de pan y se añadieron ingredientes como queso, cebolla o verduras para darle más sabor. También hay algunas versiones de tartas saladas parecidas a la quiche que se preparan con masa de hojaldre.

En Cocina Fácil tenemos muchísimas recetas de quiches saladas, como la de pimientos, aceitunas y jamón de pavo; la de salmón y verduras; la de calabacín, queso y beicon; la de patata, queso y jamón o la de tomate y queso manchego, por poner solo algunos ejemplos.

Y es que, hoy en día, la quiche es un plato popular en todo el mundo, muy versátil y fácil de adaptar, con variantes que incluyen espinacas, champiñones, pollo o calabaza, como en la receta que te proponemos aquí.

Si quieres llevar esta receta un paso más allá, puedes elaborar tú mismo la masa brisa en casa. No solo es fácil de hacer, sino que también podrás utilizarla para una gran variedad de preparaciones, como tartaletas saladas y hasta postres, como tartas de frutas. ¡Anímate a probarlo y sorprende a todos con tus habilidades en la cocina!

Consejos para un resultado perfecto

• Para que la tarta quede perfecta, evita que la masa se dore demasiado en el primer horneado, así no se quemará después.
• La calabaza debe estar tierna, pero sin deshacerse.
• Puedes usar distintos quesos para variar el sabor o añadir hierbas frescas como tomillo o romero a la mezcla de huevo y leche para realzar el aroma.
• Si quieres un extra, espolvorea un poco de queso rallado por encima antes de hornear.

Aunque se llama pan, en realidad no es pan. Más bien se trata de un bloque compacto de higos secos triturados con frutos secos, con una textura muy densa que se prensa hasta formar una torta o cilindro para luego cortarlo en rodajas o rebanadas. El sabor del pan de higos es dulce e intenso, aunque en nuestra receta de hoy no le añadimos azúcar, el dulzor es el que le proporcionan los higos secos.

Lo mejor de todo es que no necesitas horno: simplemente forra un molde tipo plumcake con film transparente, vierte la masa dentro, presiona bien para eliminar huecos y obtener un pan compacto, cúbrelo con más film y deja reposar en la nevera durante dos horas. Además, el toque especial de vinagre balsámico y ralladura de naranja realza los sabores, haciendo de este pan una opción original y deliciosa para cualquier ocasión. Anímate a prepararlo y disfruta de un pan casero que conquistará todos los paladares.

El pan de higos es una receta con mucha historia, y con mucha tradición en Andalucía y en las islas Baleares. En regiones como Málaga, Granada y Almería, donde abundan los higos secos, se preparaba este dulce para conservar los frutos secos y tener un alimento energético para el invierno. En Mallorca preparan un postre similar al pan de higos, al que llaman pa de figues, a base higos secos, almendras, anís y especias.

Otras recetas con higos

Si te gustan los higos, no te puedes perder las deliciosas recetas que tenemos para ti. Además de este pan de higos y avellanas, te proponemos opciones irresistibles como los canapés de higos y queso de cabra, higos en escabeche con helado, pudin de higos y requesón, o los higos rellenos. Y si te gustan las conservas, en nuestra web también encontrarás recetas para hacer tus propias conservas de higos caseras. ¡Explora todas estas opciones y disfruta de todo el sabor que estos maravillosos frutos tienen para ofrecer!

Si esta idea te ha gustado y quieres descubrir otras recetas catalanas, echa un vistazo a la escudella tradicional con "pilotes", las espinacas con pasas y piñones o las cazuelitas de crema catalana quemada con tejas de naranja.

Un puré de patata y col

La realización del trinxat es tan sencilla que incluso una persona con poca experiencia en la cocina la puede preparar con éxito. Para elaborarla simplemente hay que cocer la patata y la col y, una vez estén bien tiernas (más o menos unos 20 minutos), escurrirlas y aplastarlas hasta formar un puré. Nosotros hemos usado unas varillas manuales, pero también puedes utilizar un prensapatatas de acero inoxidable o un tenedor. No te preocupes si quedan algunos trozos enteros, quedará igual de sabrosa.

Una vez tengas el puré a punto, llega el momento de cocinar los dientes de ajo y el beicon o la panceta. Primero, dora los ajos para que aporten todo su sabor al aceite, retíralos y, en esa misma sartén, agrega los taquitos de beicon o de panceta, sin piel ni ternillas. Vigila la cocción en todo momento ya que el encanto de este plato es que queden doraditos, pero no quemados. Así aportarán al trinxat un toque crujiente delicioso.

En este punto, mezcla los ajos doraditos y el beicon con el puré de patata y col, remueve para que queden bien mezclados y coloca en una sartén pequeña para que el trinxat coja forma de tortilla. Dóralo ligeramente, deja reposar unos minutos para que se asienten los ingredientes  y… a comer.

Ideas y variantes para el trinxat de la Cerdaña con mayonesa y tomate

• Para que el trinxat esté todavía más gustoso, puedes agregar unas setas salteadas a la masa de patata y col. Pueden ser de temporada, de cultivo o, incluso, puedes usar unos champiñones.
• El beicon o la panceta se pueden sustituir por unos daditos de butifarra (blanco o negra) o morcilla. Acuérdate de saltearlos ligeramente.
• En nuestra receta, antes de servir el trinxat, lo decoramos con unos hilos de mayonesa y de tomate frito, pero también puedes reservar unos daditos de beicon y colocarlos por encima. Otra idea es completarlo con un huevo frito (sin puntilla).
• Para un efecto más festivo, coloca el trinxat en unos aros de cocina. Presiona ligeramente con el dorso de una cuchara para que la masa se compacte. De esta manera, al retirar el molde el timbal mantendrá la forma. Decora con unos daditos de beicon.
• La mejor col para realizar el trinxat es la de hoja rizada de invierno. También puedes usar el repollo. Este último tiene un cogollo muy compacto y muchos nervios repartidos por las hojas, pero su sabor es muy fino y agradable.

Si estás cansado de preparar siempre lo mismo para cenar, esta es tu receta ideal. Se prepara con ingredientes económicos –pan, beicon, carne picada y queso rallado– y es muy fácil de cocinar: paninis gratinados de carne y beicon.

El resultado es espectacular: el pan queda muy crujiente, el relleno súper jugoso y gustoso y la capa de queso se funde al gratinarlos. Pero es importante que todos estén en la mesa cuando saques la cena del horno: si se enfría pierde la magia.

Como verás en la videorreceta, hemos calculado media barra de pan por persona, pero si te parece demasiada cantidad o hay niños en casa (para ellos con 1/4 de barra es suficiente) solo tienes que reducir las cantidades de los ingredientes.

Lo bueno de esta receta es que puedes modificarla fácilmente a tu gusto, utilizando diferentes tipos de carnes o quesos, lo que te permite experimentar con sabores y texturas. Si eres un amante de la creatividad en la cocina, ¡es la oportunidad perfecta para jugar con ingredientes y sorprender a tus comensales! Si quieres darle un toque más gourmet, prueba añadir ingredientes como champiñones salteados, espinacas frescas o incluso un toque de mostaza. Las opciones son infinitas y siempre lograrás un sabor delicioso.

Los paninis además de ser ideales para una cena en familia, también lo son para un evento informal con amigos. Puedes servirlos como aperitivos en porciones más pequeñas y acompañarlos con una buena salsa, como mayonesa o una salsa barbacoa. Todos quedarán encantados con esta receta tan sabrosa.

Una de las claves para que estos paninis queden realmente sabrosos, es el queso. Escoge uno que se derrita bien y que le dé cremosidad al plato. Mozzarella, cheddar o gouda son algunas de las mejores opciones, pero si te gustan los sabores fuertes, un poco de queso azul le dará un giro increíble.

Alternativas para tus paninis caseros

Con un poco de creatividad, esta receta se puede convertir en una de las más versátiles de tu recetario. Así que te animamos a que pruebes con las alternativas que te damos según tus gustos y los de tus invitados.

• Puedes utilizar la carne picada que prefieras: ternera, cerdo, pollo, mixta (cerdo y ternera), cordero...
• Elige un queso rallado especial para fundir, como mozzarella, gouda, edam, cheddar... También puedes mezclarlo con algún queso azul.
• Para aromatizar la carne puedes añadir también cebolla y ajo en polvo. Y sustituir el orégano por hierbas provenzales, romero...

• Escoge panecillos individuales y prepara minipaninis si tienes invitados. ¡Les sorprenderás!
• Para hacer el relleno más jugoso, agrega un par de cucharadas de tomate frito a la mezcla de carne y beicon.

• Experimenta con panes diferentes, como baguettes integrales, panes rústicos de masa madre o incluso versiones sin gluten. Esto amplia las posibilidades de la receta y también harce que los paninis sean aptos para todos los gustos. 

El truco para que sea más saludable está en rellenarla con una buena cantidad de zanahoria y ponerle queso, el que más te guste, pero mejor si es un queso suave y fundente como la mozzarella. Esto hará que nuestra tarta quede más ligera y que el plato sea mucho menos calórico, pero por supuesto que podemos añadir hasta el queso más fuerte que se nos ocurra o el que tengamos de la nevera.

En la receta que compartimos hoy, la tarta se cuaja en una sartén pero si queremos que nos quede más bien con forma de tarta podemos cocinarla en el microondas o en la freidora de aire. Para eso, necesitamos un molde adecuado, por ejemplo uno de silicona, y cocinar la tarta hasta que el huevo se cuaje a máxima potencia o a 180º.

Después, podemos servir nuestra tarta salada de zanahoria con un poco de cebollino picado espolvoreado por encima. Le da un toque de sabor irresistible. Otra opción para añadir más sabor es incorporar alguna especia a la mezcla además de la pimienta. La nuez moscada, por ejemplo, se lleva de maravilla con la zanahoria.

Una de las grandes ventajas es que es una receta fácil de adaptar a gustos personales, por lo que puedes experimentar con distintos quesos y hasta añadir hierbas aromáticas, como orégano o tomillo, para dar un toque extra.

El hecho de que no necesites horno convierte a esta tarta salada en una opción perfecta para aquellos momentos en los que no tienes mucho tiempo o no tienes espacio en la cocina para más utensilios. 

Además de ser deliciosa y rápida de hacer, esta tarta salada es también muy versátil. Puedes personalizarla de muchas formas: añadiendo trozos de jamón, pavo o incluso incorporando vegetales como espinacas o pimientos para crear una versión aún más nutritiva. Las combinaciones son infinitas, y la base de zanahoria siempre aportará un sabor dulce que equilibra muy bien los ingredientes salados.

La textura suave y esponjosa de esta tarta, hace que sea una opción perfecta para los más pequeños de la casa. Las zanahorias, al estar ralladas, se integran perfectamente en la mezcla, y su sabor suave hará que los niños disfruten de esta receta sin dudar. Además, es una excelente manera de introducir vegetales en su dieta de una forma sabrosa y divertida. Otras recetas de tartas saladas que te pueden interesar son: nuestra quiche de verduras con hojaldre, la de puerros con beicon o la tarta salada de calabacín, tomate, berenjena y cebolla.

Si buscas una alternativa aún más ligera, puedes reducir la cantidad de queso o utilizar un queso bajo en grasa, como el queso cottage, para que la receta se ajuste a tus necesidades. Sin embargo, la receta original también es deliciosa y satisface los paladares más exigentes.

Esta tarta es una opción ideal para llevar en tu tupper al trabajo o para preparar una comida rápida entre semana. Incluso si te sobra un poco, puedes guardarla en la nevera y disfrutarla al día siguiente, ya que sigue estando igual de deliciosa y es fácil de recalentar. ¡Así siempre tendrás una comida sabrosa y nutritiva a mano!

Estas tartaletas, además de deliciosas, tienen el poder de decorar la mesa con su simple presencia. Un emplatado coqueto y sofisticado que os adelanto que no es para nada difícil de conseguir, un poco de mimo, control en los tiempos de horno y tendrás el éxito asegurado.

Te adelanto que puedes también preparar estas tartaletas en formato mini, casi de bocado, o maxi, del tamaño de un quiche o una empanada, de forma que a la hora de servir podamos partirlas en porciones triangulares. Te recomiendo acompañar esta maravilla con una ensalada fresca, así puedes presentarlo como plato único y en poquísimo tiempo tener resuelta una comida.

Si quieres darle un toque personal, prueba a añadir un toque de nuez moscada al relleno o a espolvorear un poco de pimentón dulce por encima antes de hornear. También puedes sustituir el beicon por jamón serrano o incluso preparar una versión vegetariana eliminándolo por completo y añadiendo más queso.

Estas tartaletas están en su punto cuando están templadas, pero también son deliciosas a temperatura ambiente, lo que las convierte en un aperitivo perfecto para llevar a una reunión o pícnic. Cada bocado es una explosión de sabores: el dulzor de las verduras, la cremosidad del relleno y el crujiente de la pasta brisa.

Anímate a probar estas tartaletas porque son mucho más que un plato, una mezcla de sabores caseros y reconfortantes, a los que se añade el toque crujiente de la pasta brisa, que hace que el conjunto de la receta tenga sentido. Es ese tipo de receta que, al probarla, te hace sonreír, tienes que prepararla.

Lo mejor de esta receta es que valen casi para cualquier ocasión. Se adaptan tanto a un picoteo informal como a una comida más sofisticada. Además, puedes dejarlas listas con antelación, algo que siempre se agradece cuando tienes invitados o simplemente quieres ahorrar tiempo. Porque, seamos claros, a todos nos gusta lucirnos con recetas que parecen mucho más elaboradas de lo que en realidad son.

Otro punto a favor de estas cestas es que son una especie de lienzo en blanco. Con los ingredientes que te proponemos, tendrás una combinación ganadora, pero también puedes jugar con ellos según lo que tengas en casa. ¿No tienes pasas? Añade frutos secos o queso rallado. ¿Te falta vino blanco? Sustitúyelo por caldo o incluso sidra. ¡La idea es disfrutar mientras las preparas!

Estas cestas rellenas de pollo son un ejemplo perfecto de cómo una buena presentación puede elevar una receta sencilla. Además, tener listas las obleas el día anterior es un truco infalible para evitar prisas de última hora. El relleno, con su combinación de sabores dulces y salados, es delicioso y además también te da margen para adaptarlo a los gustos de tus comensales.

Si estás buscando ideas para variar la receta, prueba a añadirle especias como curry o nuez moscada, o incluso algún queso que se funda con la besamel. También puedes experimentar con otros tipos de carne o incluso con opciones vegetarianas, como setas o espinacas.

Invitar a tus amigos o familia a disfrutar de estas cestas es más que servir comida: es ofrecer una experiencia. La combinación de texturas, el aroma del relleno y ese toque especial de las pasas harán que vuelvas a prepararlas una y otra vez. Y no solo porque están riquísimas, sino porque siempre dejan un buen recuerdo. Así que anímate a darles tu toque personal y a hacer de esta receta un clásico de tu cocina. ¡Tus invitados te lo agradecerán!

Este pastel salado de calabacín, champiñones y queso es perfecto para cualquier momento. Tanto si necesitas una receta para la comida como para la cena, esta que te proponemos hoy te mantendrá (casi) fuera de los fogones. Solo tienes que rallar la patata y el calabacín, mezclarlos con el champiñón previamente salteado, mezclar con el resto de ingredientes ¡y al horno!