Roscas de nuégados, dulce de la abuela típico de Castilla-La Mancha ¡irresistible!

Elaborado a partir de una mezcla de harina, huevos y miel, este dulce de Todos los Santos ha perdurado durante miles de años en el recetario de Castilla-La Mancha. ¡Descúbrelo!

ruth puig cocina facil
Ruth Puig

Colaboradora

nuegados
Canal de YouTube "Julia y sus recetas"

Panellets, buñuelos, poleá de Cádiz con coscorrones, cagadillos de Castilla y León, huesitos extremeños… Son algunos de los dulces más destacados en el recetario de nuestro país para celebrar el Día de Todos los Santos.

Sin embargo, estas no son las únicas delicias que se disfrutan este día. Te descubrimos la rosca de nuédagos, un dulce tradicional de La Mancha que se saborea en esta festividad y que merece un lugar entre los imprescindibles de estos días.

Origen de la rosca nuédagos

La rosca nuédagos también conocida como Roscapiña o Roscatrera, dependiendo de la localidad, es una delicia tradicional de la región de Valdepeñas, en Ciudad Real

Este dulce tiene sus raíces en la época musulmana de la península ibérica, por este motivo la receta original contiene harina, huevos y miel, que se combinan a la perfección para crear un postre que ha perdurado a lo largo de los siglos.

 

En el canal de YouTube "Julia y sus recetas", podrás encontrar una preparación tradicional de esta delicia. Aquí tienes el procedimiento detallado para que puedas tomar notas y no perderte ningún detalle. ¡Manos a la obra!

Roscas de nuégados
Para 4 personas
Ingredientes
  • 3 huevos
  • 390 g de harina aproximadamente
  • 1 cucharada sopera y media de vinagre
  • 1 cucharada sopera de azúcar
  • 3 cucharadas soperas y media de aceite tostado
  • 1 cucharadita de gasificante o levadura química en polvo
  • Ralladura de 1 limón
  • Una pizca de sal
  • 250 g de miel más o menos, para la cobertura
Paso a paso
  1. Tuesta el aceite con piel de limón

    En una sartén, coloca el aceite y añade una piel de limón. Pon la sartén a fuego medio y tuesta el aceite durante unos minutos hasta que la piel de limón se haya frito ligeramente. Luego, retira la sartén del fuego y deja que el aceite se enfríe.

  2. Prepara la masa base

    En un bol grande, coloca la mitad de la harina y forma un hueco en el centro, creando una especie de volcán. En el centro del volcán, agrega los huevos, el aceite tostado (sin la piel de limón), el vinagre, una pizca de sal, la ralladura de limón, el gasificante o levadura y el azúcar. Comienza a amasar gradualmente, incorporando el resto de la harina poco a poco hasta que la masa deje de pegarse en las manos. La masa no debe quedar muy dura, solo lo suficientemente firme para que no se adhiera a tus manos.

  3. Estira la masa y forma tiras

    Usando un rodillo, estira la masa hasta que tenga un grosor de aproximadamente 1 cm. Luego, corta tiras finas de alrededor de 1 cm de ancho. Deja las tiras a temperatura ambiente hasta que se sequen un poco y desarrollen una especie de corteza. Voltea las tiras para que se sequen por ambos lados.

  4. Fríe las tiras

    Calienta abundante aceite en una sartén profunda. Corta las tiras secas en trozos de aproximadamente 1 cm de longitud con una tijera. Fríelos en el aceite caliente hasta que estén dorados. Luego, retira los trozos fritos y colócalos sobre papel de cocina para que escurran el exceso de aceite y se enfríen.

  5. Prepara la miel caramelizada

    En una cacerola, hierve la miel durante 5-6 minutos hasta que se forme un caramelo semi espeso. Para comprobar si está en su punto, coloca unas gotas de la miel en un plato con agua fría; si puedes formar un caramelito con los dedos, está listo.

  6. Cubre las bolitas con miel y forma la rosca

    Sumerge los trozos fritos en la miel caramelizada, y asegúrate de que queden bien cubiertos. Luego, retira los trozos de miel y colócalos en un plato. Con las manos mojadas en agua fría para evitar quemaduras, forma una rosca con los trozos caramelizados y déjalos enfriar por completo.