Las carrilleras son siempre una buena opción, especialmente si tenemos invitados en casa de buen comer. Suelen gustar mucho a todo el mundo y lo cierto es que están poco vistas y son más económicas que otros tipo de cortes. Podemos conseguirlas tanto de ternera como de cerdo y aunque las que hemos preparado aquí son de este último también podemos cambiarlas por el otro. Vamos, que son un acierto seguro y no son nada complicadas de cocinar. Casi todas las recetas parten de la misma base, una maceración de entre 12 y 24 horas y guisarlas después de haberlas dorado un poco. Los guisos suelen llevar verduras, que también hay que dorar y cocinar junto con la carne después. En este caso hemos acompañado las carrilleras de unas patatas que se cuecen al mismo tiempo para poder servirlas en forma de timbal. No obstante, también puedes hacer el guiso sin más y servirlo con unas patatas asadas al horno o incluso con piña salteada, que le va de maravilla. El secreto de este plato es el emplatado. Hay que utilizar unos aros de repostería para poder formar los timbales . Se compran por juegos de diferentes tamaños y lo cierto es que son muy útiles cuando queremos lucirnos con presentaciones más elaboradas pero no son imprescindibles. Puedes hacer una cama con las patatas y luego poner encima las carrilleras desmenuzadas. Consejos: Las carrilleras deben quedar tiernas así que si es preciso, prolonga el tiempo de cocción unos minutos más. Escúrrelas, deja que se templen y retírales cualquier resto de grasa. Luego, desmenuza la carne con los dedos. Cuando prepares la salsa, añade la harina previamente tamizada, es decir, haciéndola pasar por un colador, para que no salgan grumos. Si queda muy espesa, agrega unas cucharadas de agua y remueve bien para integrarla.