La tarta helada con yema quemada es todo un clásico entre los postres de siempre. No había comida familiar de domingo sin que este dulce suculento estuviera presente en la mesa para hacer las delicias de grandes y pequeños. La propuesta de hoy lleva una esponjosa base de bizcocho , un relleno de nata helada y por encima una capa de yema crujiente y tostadita, ¿se te hace la boca agua? Su apariencia de tarta de pastelería , puede hacer pensar que es difícil de preparar, pero nada más lejos de la realidad. Tan solo necesitas el tiempo necesario para preparar las diferentes capas de la tarta y el tiempo de congelado de la nata para que tenga consistencia. También necesitarás un soplete de cocina o un quemador , imprescindible para conseguir la textura crujiente de la yema. Si te gustan este tipo de tartas, te proponemos otras ideas igual de deliciosas: una tarta helada de requesón con frutas rojas , una clásica tarta helada al whisky o una riquísima tarta helada de chocolate y plátano . Consejos para una tarta helada perfecta Para que el bizcocho quede bien esponjoso, es importante un buen batido de las yemas con el azúcar, deben triplicar su volumen y quedar blanquecinas por lo que el uso de varillas eléctricas es imprescindible. Es necesario que la nata esté muy fría, de lo contrario, costará mucho de montar y no tendrá la misma consistencia. Te será más fácil desmoldar la tarta si utilizas un molde desmontable, si no lo encuentras cuadrado puedes utilizarlo redondo.