Las rosquillas es un dulce que suele ir asociado a días festivos. En muchas localidades se preparan rosquillas para agasajar a los invitados en las fiestas patronales o, como las de Santa Clara, por San Isidro, para tomar en la pradera y compartir con familiares y amigos. Estas rosquillas recubiertas con glasa blanca tienen su origen en el convento de Santa Clara hace más de 5 siglos... Y durante el mes de mayo llenan las vitrinas de todas las pastelerías madrileñas. Por San Isidro, los vendedores ambulantes llevaban las rosquillas ensartadas en un cordel de bramante, no solo las de Santa Clara, también las denominadas "tontas" con un punto de anís y las "listas", con fondant de limón. Si te pirran las rosquillas en todas sus variedades, prueba también las de naranja y canela , las hechas con leche condensada o las rosquillas fritas de anís . Dispón las yemas en un cuenco con el azúcar y bátelas hasta que obtengas una mezcla blanquecina. Luego, incorpora el huevo, también batido. Funde la mantequilla , añade el anís y remueve para que se mezclen bien. Vierte esta preparación sobre la mezcla de huevo y yemas, en un hilo y mientras remueves con ayuda de unas varillas. Tamiza 400 g de harina con la levadura y añádelas también, poco a poco mientras vas removiendo con las varillas hasta que todo quede integrado por completo. Vuelca la masa sobre la superficie de trabajo ligeramente enharinada y trabájala con las manos, hasta que tenga una textura homogénea; córtala entonces en tiras de unos 15 cm de largo y 1 cm de grosor. Forra con papel sulfurizado una bandeja apta para horno. Junta los extremos de cada tira de masa para dar forma a las rosquillas, colócalas en la bandeja, separadas entre sí porque crecerán un poco al cocer, y deja que reposen durante 45 minutos a temperatura ambiente. Introduce las bandejas en el horno precalentado a 180º y hornea las rosquillas durante 12 minutos. Una vez pasado este tiempo, retíralas y colócalas sobre una rejilla y deja que se enfríen por completo mientras preparas el glaseado. Exprime el limón , filtra el zumo y ponlo en un bol. Añade la clara y el azúcar glas, y bate hasta que se integren y obtengas una glasa espesita pero no demasiado dura. Baña las rosquillas ya frías en esta glasa, deja que escurran el exceso sobre una rejilla y vuelve a hornearlas, esta vez durante 5 minutos a 40º. Retíralas del horno y deja que se enfríen bien antes de servirlas. Consejos para unas rosquillas de Santa Clara al horno, bañadas en glasa, perfectas Blanquear las yemas . Ese proceso consiste en batir enérgicamente las 6 yemas con el azúcar hasta que vaya tomando un color más blanquecino. Al final, se añade el huevo entero, también batido. El toque de anís. Este licor de alta graduación es muy tradicional en la repostería española. Uno de los más conocidos es el de Chinchón. Se añade una vez fundida la mantequilla y se une a la mezcla de huevo con azúcar, pero ojo con excederte, con 50 mililitros basta (1 copita de las de licor). Doble horneado. Estas rosquillas son más ligeras que las fritas en sartén porque las cocemos en el horno. Una vez hechas las rosquillas se hornean a 180º C y cuando las pintamos con la glasa, se vuelven a hornear, pero esta vez solo 5 minutos a 40ª C.