Las rosquillas son un dulce que en nuestra cultura asociamos a días festivos. En cada rincón de nuestra geografía encontramos recetas parecidas (que no iguales) y son un clásico para agasajar a los invitados. Las rosquillas de Santa Clara, por San Isidro , se toman en la pradera y se comparten con familiares y amigos. Estas rosquillas recubiertas con glasa blanca tienen su origen en el convento de Santa Clara hace más de 5 siglos... Y durante el mes de mayo llenan las vitrinas de todas las pastelerías madrileñas. Por San Isidro, los vendedores ambulantes llevaban las rosquillas ensartadas en un cordel de bramante, no solo las de Santa Clara, también las denominadas "tontas" con un punto de anís y las "listas", con fondant de limón. Este San Isidro, prepáralas en casa con nuestra receta, aligerada, porque se cocinan al horno. Consejos para tus rosquillas de Santa Clara Blanquear las yemas . Ese proceso consiste en batir enérgicamente las 6 yemas con el azúcar hasta que vaya tomando un color más blanquecino. Al final, se añade el huevo entero, también batido. El toque de anís. Este licor de alta graduación es muy tradicional en la repostería española. Uno de los más conocidos es el de Chinchón. Se añade una vez fundida la mantequilla y se une a la mezcla de huevo con azúcar, pero ojo con excederte, con 50 mililitros basta (1 copita de las de licor). Doble horneado. Estas rosquillas son más ligeras que las fritas en sartén porque las cocemos en el horno. Una vez hechas las rosquillas se hornean a 180º C y cuando las pintamos con la glasa , se vuelven a hornear, pero esta vez solo 5 minutos a 40ª C. Si te pirran las rosquillas en todas sus variedades, prueba también las de naranja y canela , las hechas con leche condensada o las rosquillas fritas de anís .