Auténtica joya gastronómica, el azafrán es un condimento que no solo aporta color a los platos, sino también un sabor único e inconfundible. A la hora de tostarlo, es fundamental que las hebras no se quemen para que no aporten un toque amargo al plato, en nuestro caso a la lubina con patatas . Para que quede perfecto, antes de mezclarlo con la nata, envuélvelo en papel de aluminio y caliéntalo en el horno, a 160°, solo 2 minutos.