Amantes de las alcachofas, no os podéis perder esta receta. Unas alcachofas al horno tan fáciles como deliciosas , que están listas en un tiempo récord. La elaboración no tiene ninguna complicación, pero sí hay un par de trucos que me enseñó mi madre y que son claves para que las alcachofas queden tiernas, jugosas y muy sabrosas . Cuando digo que no tienen complicación es que no la tienen. Basta con preparar las alcachofas y meterlas en el horno . Al cabo de 10 minutos, el piso se llena del inconfundible y apetitoso olor de las alcachofas. Y yo empiezo a salivar... Pero antes de darte la receta, te desvelo cuáles son esos trucos de la abuela que marcan la diferencia. No horneo las alcachofas enteras, sino partidas por la mitad. ¿Por qué? Pues porque así se cocinan en menos tiempo, unos 30 minutos en el horno serán suficientes. Y, además, de esta manera puedo retirarles el heno central, esos pelillos que tiene el corazón de la alcachofa que resulta tan molesto al comerla. Una vez tengo las alcachofas en la bandeja de hornear, vierto un chorrito de agua sobre ellas. Así consigo que no se resequen durante el horneado y obtengo una salsita deliciosa con la que bañar las alcachofas una vez cocinadas. Alcachofas al horno, receta de mi madre Para 4 personas Ingredientes 3 alcachofas Sal Pimienta Aceite de oliva virgen extra Agua Paso a paso Prepara las alcachofas Corta la base del tallo de las alcachofas y pártelas por la mitad. Con la punta de un cuchillo de cocina, retira el heno central (la pelusilla que tienen en el corazón). Prepara para hornear Coloca las mitades de alcachofas en una bandeja de horno y riégalas con un poco de agua. Luego, salpimiéntalas generosamente por los dos lados y rocíalas con un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Hornea las alcachofas Introduce la bandeja en el horno precalentado a 180º, a media altura. Y hornéalas durante unos 30 minutos aproximadamente. Si ves que durante la cocción las alcachofas se tuestan demasiado, cúbrelas con un papel de horno. Retira del horno y sirve Para asegurarte de que las alcachofas estén en su punto, pínchalas por la parte central, el corazón, con una brocheta de madera. Si la brocheta se clava con facilidad, las alcachofas están listas. Sírvelas enseguida, regadas con un poquito de la salsa que se ha formado en la base de la bandeja. Puedes añadir un chorrito más de aceite de oliva. Si quieres, puedes cocinar más alcachofas de las que vas a consumir en una comida. Cuando se hayan enfriado, guárdalas en un recipiente con tapa y resérvalas en la nevera, aguantarán en perfecto estado durante una semana. A la hora de consumirlas, solo tendrás que calentarlas en el microondas un par de minutos.