Si eres de los que no se atreve a tomar un refrescante gazpacho por miedo a los "efectos secundarios" que te provoca el ajo, estás de suerte. Porque en Cocina Fácil tenemos la alternativa perfecta para dar a las sopas frías de verano que se preparan tradicionalmente con ajo (a saber, gazpacho, salmorejo y ajoblanco) un sabor muy parecido... pero sin ajo.
El truco está en una especia. Poco conocida por muchos de nosotros, se llama asafétida y es originaria de Afganistán. Tiene un olor nauseabundo, pero su sabor se parece bastante al del ajo. Y si la tienes bien cerradita en un tarro hermético, no habrá problema en que la tengas en la despensa, junto a las otras aromáticas.
![Asafétida](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 1200 1800"%3E%3C/svg%3E)
Istock
La asafétida, que se llama así precisamente por su mal olor, causado por sus componentes sulfurosos, se comercializa en polvo y su olor desaparece al ser cocinada. Su sabor es potente, así que con muy poquita cantidad conseguirás un sabor a ajo en tus comidas pero sin mal aliento ni repeticiones.
¿Cómo se llama la asafétida en otros lugares del mundo?
Es curioso el nombre que le dan otras culturas a esta planta, de la familia de los hinojos. Todos los nombres hacen referencia a su mal olor, igual que en español. En Francia, por ejemplo, la llaman merde du diable (mierda del diablo); en Portugal, esterco do diablo (estiércol del diablo) y en Alemania, teudelsdreck (suciedad del diablo).
¿Dónde comprar asafétida?
Como decíamos, la asafétida no es una especia habitual en nuestra cocina. Así que es posible que no la encontremos en los súpers o establecimientos tradicionales de alimentación. Donde sí podemos encontrarla es en tiendas regentadas por indios o pakistanís, pues en los países de Oriente la asafétida es tan común como el ajo en polvo en España.
Si no, siempre te queda la opción de comprarla online. Unos 100 gramos de esta especia valen alrededor de unos 10 €.
COMPRAR ASAFÉTIDA
Ahora que ya la tienes en casa, utiliza la asafétida con moderación, como sustituto del ajo en tus cremas frías de verano. Nadie notará el cambiazo... y tampoco nadie sabrá que has comido gazpacho, salmorejo o ajoblanco.