Pilar Eyre

Pilar Eyre

Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger

Julio Iglesias, defraudado por no actuar en la boda de Marta Ortega

¡Julio Iglesias, otra vez de moda! ¿Se va a querellar? Mi interlocutor ríe a carcajadas. “¡Qué dices, está encantado con todo este follón que se ha montado a propósito de Makoke! Cada día me llama pidiéndome nuevos detalles por si se le ha escapado algo… A él, estas cosas le dan la vida”. ¿Entonces no habría obligado a Makoke a firmar un contrato de confidencialidad? “¡No lo ha hecho nunca! ¡Le gusta que hablen de él, le hace gracia!”.

Pregunto por su salud, “en plena forma, tomando sus vinos, viajando con sus chicas, cantando… Le defraudó que no le pidieran actuar en la boda de Marta Ortega porque es buen amigo del padre, hubiera ido con mucho gusto”. Doy fe, porque estaba allí, de que en octubre en Israel la armó, salió a la noche de Tel Aviv con un grupo de chicas impresionantes, que se alojaban en su mismo hotel. Y comentó a la prensa: “Las mujeres me siguen gustando con locura ¡No me he jubilado de la cintura para abajo!”.

Pregunto si a Miranda le molesta todo esto. “¡Claro que no! Miranda y él son una estupenda pareja de compañeros, nada menos… pero nada más. Ella es una magnífica madre y ama de casa, y tiene muy claro el lugar principal que ocupa en la vida de Julio, con eso tiene bastante… se ríe de sus cosas con indulgencia, como el que contempla las travesuras de un chiquillo”.

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