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Me paso el domingo tirado en el sofá viendo ‘Viva la vida’. A Alejandra Rubio no le ha hecho ni repajolera gracia que su abuela le haya dado una entrevista a Kiko Hernández. Me gusta que Alejandra se siente en un plató y cuente lo que verdaderamente siente y no intente engañar al espectador. Y también me gusta que de vez en cuando salga María Teresa Campos dando una entrevista con titulares suculentos. La Campos es una de las grandes comunicadoras que nos quedan y, a su edad, puede permitirse el lujo de decir lo que le dé la gana. Me hace gracia imaginar que Teresa se compincha con Kiko y con Carmen para hacer la entrevista y luego se hace la sorprendida por todo el lío que se ha montado. Esto de hacer las cosas a espaldas de Terelu es que da mucho juego, porque te imaginas a las ‘miembras’ del clan cuchicheando y cambiando de conversación cuando esta entra en escena. Creo que a Terelu se la están colando mucho últimamente. Debería pegar un zapatazo de los suyos y poner firme a su hermana Carmen, que está muy díscola y libertina. Por el momento, Terelu, harta de los tejemanejes de sus familiares, se ha puesto la capita de la dignidad y avisa de que empieza a estar harta de tanta felonía. Su hija ya dejó caer el domingo que su tía Carmen no protege a la matriarca del clan, como lo hacen ella y su madre; mientras, Kiko Hernández debe estar descojonado por un lado y afilando cuchillos contra Alejandra por otro. La semana promete.