Las primeras palabras de Nuria González después de que Fernández Tapias desherede a sus hijos

Cuando Fernando Fernández Tapias falleció el pasado 25 de octubre, se descubrió aquello que llevaba tiempo soterrado: los bandos en los que se dividía su numerosa familia. De un lado los hijos mayores, que quisieron demostrar ante el juez que su padre no estaba en plenas facultades, y por otro, Nuria González (52 años), su viuda, y los dos hijos que el empresario y al modelo tuvieron juntos. Ni si quiera la pena y el dolor de todos ellos impidió que las primeras tensiones aparecieran, como el comunicado de los hijos adultos de Fernando en el que hacían una dura revelación. De hecho, la misa en memoria del empresario estuvo marcada por la expectativa de qué ocurriría entre ellos.

Una situación que se ha acelerado hoy al conocer que el empresario había tomado la decisión de desheredar a sus hijos mayores. Fefé los acusaría de "maltrato psicológico", tal como recoge 'LOC', por lo que habría decidido cambiar su testamento en detrimento de sus hijos más mayores. Sobre esta noticia se ha pronunciado Nuria González. Era Aurelio Manzano en 'Fiesta' el que revelaba las primeras palabras de la mujer de Fernández Tapias sobre este tema.

La madre de Ivan y Alma, los hijos más jóvenes del naviero, ha afirmado que ella nunca ha hablado y así seguirá, pero ha querido dejar claro que cumplirá la voluntad del fallecido empresario. "Te agradezco tu interés por saber la verdad. Voy a cumplir la voluntad de Fernando. Él lo puso en sus abogados, así llevamos muchos años y hay procesos judiciales. Como él quiso, así lo haré. Cumpliré su voluntad. Silencio, reitero, como siempre he hecho", ha leído Manzano a sus compañeros de 'Fiesta'.

Ante esto, Pipi Estrada ha contado que los cinco hijos mayores de Fernández Tapias quieren llegar hasta el final y están "dispuestos a todo". Algo que ya adelantaba el mencionado medio, asegurando que los hijos del naviero pretendían impugnar la decisión póstuma de su padre.

La nueva vida de Nuria González tras la muerte de Fernando Fernández Tapias

Mientras estas rencillas y tensiones proliferan, Nuria González ha intentado seguir adelante con su vida. “El estado de ánimo de Nuria González no es bueno, como es natural", explicó Paloma Barrientos hace algunas semanas. Esta madre de dos, además de tener que realizar su duelo, tiene que ayudar a sus vástagos a que estos digieran lo sucedido. Los dos son muy jóvenes, Iván tiene 20 años y Alma solo 16, y ambos estaban muy unidos a su padre; al que adoraban.

Un mes después de haberse despedido de su marido, el hombre con el que ha compartido los últimos 25 años de su vida, Nuria González tiene que empezar a recomponerse a pesar de que no sea fácil. Y, aunque no tenga fuerzas para hacerlo por ella misma, lo tiene que hacer por las dos personas a su cargo. “Ellos es lo único que le preocupa y está ajena a los comentarios que se están diciendo”. Así que toca sacudirse la pena y seguir, aunque solo sea por esa niña que no paraba de llorar en el entierro de su padre y a quien, de pequeña, la colmaba de cariños mientras posaban ante los fotógrafos. 

Tanto es así, que Nuria quiso proteger su intimidad y la de sus hijos emitiendo un comunicado. "Doña Nuria González a través de sus asesores jurídicos ante las numerosas menciones aparecidas en medios de comunicación, tanto impresos como audiovisuales, que hacen referencia a aspectos pertenecientes a la más estricta intimidad del matrimonio formado con Don Fernando Fernández-Tapias y, en algunas de ellas incidiendo incluso en el derecho al honor de ambos, emite este primer y único comunicado anunciando el inicio inminente de cuantas acciones judiciales la asisten en defensa de los derechos fundamentales vulnerados", se lee en el documento.

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Un gesto con el que proteger el honor tanto de su marido como el de sus hijos y ella misma en pleno luto y, a la vez, una forma de ganar tiempo para seguir adelante. Algo que ya recogió 'Vanitatis' pocos días después del fallecimiento de Fefé. El citado medio deslizaba la versión del entorno de Nuria González, que está centrada en ella y en sus dos hijos, alejada de todo de cuanto se está diciendo. Ni quiere saber lo que dicen los hijos de su marido, ni tampoco escuchar esas versiones que aseguran que su matrimonio hacía aguas. No es el momento para hacerse sangre. Es el momento para gestionar la pena y para cargar fuerzas para todo lo que se viene, pues la guerra por el patrimonio de Fernández Tapias será, cuanto menos, poco amigable. 

Rencores y rencillas: Todos contra Nuria González

El fallecimiento de Fernández Tapias fue de lo más repentino. El empresario naviero tenía 84 años, pero se sometía a continuos exámenes médicos que no hacían intuir que su fin estuviera próximo. Sus hijos mayores consideran que el estado mental de su padre había degenerado en los últimos años; de ahí que en 2019 lo sentaran ante al juez y quisieran retirarle la potestad de decidir sobre sus asuntos financieros y personales. Así lo explicaron en un revelador comunicado, en él que además aclararon cómo se sucedieron los últimos años de su padre.

Según ellos, en 2021, "tras la exploración del Sr. Fernández-Tapias por el médico Forense y por la Magistrada titular del Juzgado, la necesidad de incapacitar a don Fernando Fernández-Tapias Román como consecuencia de su deterioro cognitivo", se podía leer en el documento. Una demanda que el empresario vivió como la mayor deslealtad de su vida. Sus hijos no estaban conformes con las últimas decisiones empresariales que había tomado, de ahí que quisieran incapacitarlo. 

La ausencia de los hijos de Fernando Fernández Tapias

Fernando Fernández Tapias jamás les perdonó que intentarán incapacitarlo. A partir de ahí, no les dejó volver a visitarle ni quería que estuvieran con él en su lecho de muerte. Estos sienten que estas decisiones no fueron tomadas por él, sino por su círculo más cercano; y que si no pudieron despedirse de él fue culpa de la misma persona que les había prohibido acercarse a la casa de Puerta de Hierro. De nuevo, hacían referencia a ello en su comunicado. 

"Con anterioridad a que se iniciase el procedimiento de incapacitación, concretamente desde octubre del año 2019 y hasta la fecha del fallecimiento de D. Fernando Fernández-Tapias Román, se ha prohibido e impedido de manera reiterada el contacto presencial de D. Fernando con los Hermanos Fernández-Tápias y con los hijos de estos, los 8 nietos de D. Fernando, a quienes se les ha negado el acceso a su lugar de residencia a pesar de los reiterados intentos de su familia por ver a su padre y abuelo", rezaba el texto. 

Borja e Íñigo Fernandez Tapias

La versión de Santiago Ortiz, abogado de esta parte de la familia, puso de manifiesto que fueron los propios hijos los que tomaron la decisión de no ir a visitar a su padre para que esto no crease un mayor conflicto. "Los hijos quieren que se respete la memoria de su padre y se han callado mucho por ello", dijo el letrado en 'Y ahora Sonsoles'. Además, dejó caer el descontento de sus representados con el perfil que se estaba dibujando de ellos, cuando estos siempre habían velado por el único bienestar del patriarca. Y sentencia, "ellos no han hablado por respeto y cariño a su padre", un discurso en línea al que dejó entrever Iria, nieta del fallecido. "No iban a ver a su padre para no empeorar las cosas, para no crear una guerra que pudiera afectarle a él.  Yo los he visto llorando al decidir dejar de ver a su padre. El sacrificio que han hecho hay que verlo y vivirlo".

Fernando Fernández Tapias deshereda a sus hijos mayores

Sea como fuere, lo que es una realidad es que Fernández Tapias quiso desmarcarse de sus hijos mayores tras su decisión. ¿Cómo? Desheredándolos. Era hoy cuando el testamento ha visto la luz y ha confirmado lo que todos sabíamos. María Eugenia Yagüe, periodista que ha seguido este caso, ha tenido acceso al polémico documento en el que Fernández Tapias deshereda a sus hijos mayores. En dicho texto, los acusa de "maltrato psicológico", según recoge 'LOC', lo que habría acabado de inclinar la balanza para el empresario.

Además, en el citado medio, la periodista cuenta algunos de los beneficios de los que ya contaría su viuda como la mansión ubicada en la exclusiva urbanización Puerta de Hierro, que ya estaría a su nombre desde hace tiempo. Ahora bien, parte de su contenido sí formaría parte del patrimonio a repartir, como las obras de arte de Picasso y Tiziano. Lo que es un misterio es si Nuria González, junto a sus hijos Iván y Alma, son los herederos absolutos o Fefé también incluyó a sus nietos en el reparto. 

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