El millonario patrimonio de Ramón García, el rey de las Campanadas: cuentas y propiedades del presentador estrella

Si hay un rostro ligado a la fiesta de fin de año y a las Campanadas en nuestro país ese es el de Ramón García (62 años), con permiso de Anne Igartuburu. Se ha puesto frente al reloj de la Puerta del Sol en veinte ocasiones, quince de ellas para Radio Televisión Española, que es donde regresa este año con muchísima ilusión, y siendo el gran maestro de ceremonias, puesto que esta ocasión sus dos compañeras se estrenan en este cometido. Son la cantante Ana Mena, que en los últimos años ha sido toda una revelación en el panorama musical español, y la futbolista Jenni Hermoso, que ganó junto al equipo español el Mundial del futbol femenino de este año.

Ambas han confesado que quieren disfrutar del momento y que confían en la experiencia de su compañero para que todo vaya bien, y él tiene claro que esto es así y está encantado. “Yo lo que les he dicho es que sean ellas, ¿no? Hay que seguir el orden de unas cosas, pero cada uno que hable a su manera, ellas que estén tranquilas que yo ya me conozco bien el mecanismo de todo porque ya estaban un poco preocupadas por eso ¿no? Pero he dicho vosotras a lo vuestro, hacer lo vuestro, disfrutar de la noche que yo ya sé cuándo baja la bola, cuándo son los cuartos y todo y de eso ya me encargo yo, que no os preocupéis” explicaba en la presentación de contenidos navideños de Rtve.

Donde lo que más llamó la atención fue que se declarase abiertamente antinavideño, dice que, aunque disfruta la gran noche de la despedida del año, la Navidad no es algo que le vuelva loco. Este año, en concreto dice que la pasará en su mayoría trabajando, pero también con su familia, que se dividen para estar tanto con él como con Patricia Cerezo, de la que se divorció hace casi dos años. Desde entonces no se le conoce pareja, y está, tal cómo él mismo indica, muy centrado en el trabajo.

Cuentas y propiedades de Ramón García

Ramontxu, como se le ha conocido siempre de manera cariñosa, tiene dos sociedades a su nombre. La primera es Bilbo TV producciones y servicios SL, que fue dada de alta en 1997 y que ahora esta dedicada a la publicidad. Durante algún tiempo se administró por el matrimonio, ahora solo aparece registrada a su nombre, y aunque permanece activa y parece estable, las últimas cuentas que pueden consultarse son de 2016, año en que la sociedad estaba valorada en casi 300.000 euros.

La segunda es Tulua SL que data de 1992 y que está dedicada a “servicios de radiodifusión, servicios de enlace y transmisión de señales de televisión”, aunque hace algunos años se añadió el objetivo de la gestión de alquileres. Siempre ha estado administrada por Ramón en solitario, y en el último año que puede consultarse, 2019, contaba con un activo de 3,5 millones de euros. Y es que no en vano, a nombre de esta sociedad, estaban, al menos antes del divorcio, las propiedades de la familia.

Tanto la casa de Pozuelo de Alarcón en la que vivían juntos, que es un chalet individual con jardín y piscina privada, como el piso en Marbella al que acudían junto a sus hijas cada vez que el trabajo de ambos les dejaba momentos libres para hacerlo. Un inmueble de 138 metros cuadrados en una exclusiva urbanización con todo tipo de lujos y comodidades. Ramón, además, cuenta con una donación a su favor hecha en 2005 por la que es propietario de algunas participaciones de un piso en su Bilbao natal y de dos locales con dos plazas de garaje.

Económicamente todo esta en orden, solo hay que ver los datos ofrecidos. En el terreno personal lo cierto es que se desconoce porque él no es nada dado a hablar de su vida privada, y si hay alguien que ahora ocupe su corazón por el momento no se ha hecho público. Su relación con su exmujer es muy buena y sigue teniendo mucha sintonía con sus hijas adolescentes. También en el terreno laboral las cosas marchan, va enlazando proyectos y regresar a la que durante tantos años ha sido su casa para dar las campanadas una vez más, también es un motivo de alegría enorme. Sale del 2023 con muchas razones para sonreír, ¿Qué le deparará el 2024?