Al mellizo de Elsa Pataky que se accidentó le quitan la escayola

La actriz voló para hacer un trabajo y regresó a tiempo para llevar a su hijo al médico

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Como a tantísimas madres trabajadoras, a Elsa Pataky también se le hacen cortas las 24 horas que tiene un día. Si hace un tiempo supimos que Elsa y su marido, el actor Chris Hemsworth, habían llegado a un pacto según el cual, cuando uno tenía trabajo, el otro se quedaba con los niños, está claro que Chris no ha podido cumplir su parte porque se encuentra fuera de casa en un rodaje. Así, Elsa ha tenido que desdoblarse porque, en ocasiones, los niños han de estar con su padre o con su madre, y esta era una de esas veces: al gemelo que se accidentó en un brazo le retiraban las escayola. Y, claro, no era cuestión de que le llevara al médico cualquier otra persona que no fueran sus papás.

Total, que allí estaba Elsa madrugando para coger un avión y plantarse en el destino en el que protagonizó una sesión fotográfica. Tras finalizar ese trabajo, voló de nuevo hasta casa para poder recoger a sus hijos del cole y, sobre todo, para llevar al peque al traumatólogo. En la consulta, Elsa puso al niño en su regazo y le tapó los ojos para que no se asustara con la sierra que el médico iba a utilizar para quitarle la escayola.

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"Después de seis semanas, alguien está verdaderamente feliz", escribió Elsa. El niño aguantó como un campeón y eso que el ruido de la sierra cortando la escayola era aterrador. Hace seis semanas, justamente, Elsa compartió uno de los momentos más angustiosos de su vida, cuando ella y Chris tuvieron que llevar a su hijo a urgencias. "¡Nadie te advierte lo mucho que duele cuando tus hijos se hacen daño!", se lamentaba ese día. El niño salió con su brazo derecho escayolado en brazos de su padre, ya calmado después del enorme susto –y el dolor– que debió sufrir con su bracito roto.

La última imagen que Elsa compartió en su stories no podía ser más descriptiva: de nuevo en el avión, a las seis de la mañana, recostada sobre la ventanilla y totalmente agotada. Si es lo que decimos, que 24 horas son pocas para lo que es un día normal de una madre trabajadora.

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