La verdadera historia de Paloma Rocasolano, la madre de la reina Letizia (y su principal consejera en la sombra)

Cuentan que la esposa de Felipe VI considera que su madre, enfermera retirada desde 2017, es la verdadera abuela de sus hijas Leonor y Sofía

Paloma Rocasolano
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Álex Ander
Álex Ander

Periodista especializado en corazón y crónica social

La reina Letizia (51 años) se crio entre mujeres progresistas, alegres y enérgicas. Su abuela paterna, Menchu Álvarez del Valle, trabajó en una organización sindical que dependía del régimen franquista, y durante décadas fue una conocida voz de la radio asturiana. Su madre, Paloma Rocasolano, ejerció como enfermera en Oviedo, donde comenzó su militancia sindical y, durante la primera mitad de los años setenta, tuvo a sus tres hijas (Letizia, Telma y Érika) con el periodista Jesús Ortiz, con el que trasladó por motivos laborales a Madrid.

“Cuando sus padres se separaron, Paloma Rocasolano se mudó al distrito de Moratalaz, en Madrid, y Letizia se fue a vivir con ella”, cuenta Leonardo Faccio en su libro 'Letizia, la reina impaciente'. “Después compraría con su primer marido un piso de la Cooperativa de Comisiones Obreras en Rivas-Vaciamadrid. Un año más tarde volvería a mudarse cuando se divorció de él”. Cabe mencionar que en la misma época en la que Paloma ponía fin a su matrimonio con Jesús Ortiz, Letizia se divorciaba de Alonso Guerrero, al que conoció cuando asistía al turno de noche del instituto madrileño Ramiro de Maeztu, de Madrid, donde él impartía clases de literatura española.

Como bien apunta Faccio, cuando en 2003 Letizia se comprometió con el príncipe Felipe y la prensa escrutaba a su clan, Paloma “seguía siendo una mujer con proyectos y ganas de seguir aprendiendo”, hasta el punto de que a los cincuenta años se matriculó en una licenciatura de Historia del Arte. “Con una hija que pasaría a la historia como reina de España, su madre quería estudiar una carrera de cuatro años y casi cincuenta asignaturas”, escribió el autor, que también ha recordado el desagradable episodio que la enfermera asturiana vivió tres meses antes de la boda real de su hija.

Reina Sofía y Paloma Rocasolano
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Amiga y cómplice

Fue el diario El Mundo el primero en contar con detalle que uno de los profesores que vigilaba un examen de Historia de Grecia había descubierto a Paloma copiando, lo que hizo que la presidenta del tribunal de la Universidad Nacional de Educación a Distancia la invitara a abandonar el aula. Una profesora de ese centro comentaría luego que la madre de la actual reina “se limitó a rogarle a la vigilante que no contara lo sucedido, ya que ella era la madre de doña Letizia y no quería que trascendiera”.

Republicana y feminista confesa hasta que su hija mayor se casó con Felipe de Borbón, Paloma fue delegada en el Sindicato de Ayudantes Técnicos Sanitarios de España y, antes de firmar su jubilación en 2017, dirigió un proyecto de cooperación que organizaba viajes para enfermeros a las zonas más desfavorecidas de América y África. Según fuentes cercanas a La Zarzuela, la madrileña ha ocupado desde el principio un lugar muy cerca de Letizia. Su unión se reforzó tras el nacimiento de las infantas Leonor y Sofía y, sobre todo, a raíz de la trágica muerte de su hija Érika —quien cayó en una depresión y se suicidó en 2007—.

Tal y como apunta la periodista Mábel Galaz en su libro 'Letizia real', Paloma no es solo la madre de Letizia, sino que también es su amiga, consejera y cómplice: “Aunque vive en el centro de Madrid, pasa mucho tiempo en la casa de su hija en La Zarzuela. Letizia considera que ella es la verdadera abuela de sus hijas y que la reina Sofía es eso, la reina. De ahí que cuando tiene que ausentarse de Madrid es quien siempre se ocupa de las niñas”.

Total discreción

A estas alturas no es ningún secreto que Letizia pide confidencialidad y discreción a los familiares que siguen teniendo permiso para visitarla. Por eso mismo, Paloma, que este 15 de abril sopla 72 velas, evita llamar la atención, rehúye responder a los periodistas y se muestra bastante discreta bajo sus normas. La madrileña apenas se deja ver en actos públicos, aunque no le gusta perderse los Premios Princesa de Asturias, y desde algún tiempo mantiene una relación con Marcus Brandler, un empresario británico que tiene un negocio dedicado al comercio de té, café, cacao y especia, y parece estar bien integrado en su familia política.

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