La inconfesable anécdota de Isabel Preysler que Tamara Falcó ha compartido en 'El Hormiguero'

Tamara Falcó (41 años) ha vuelto a acaparar las miradas de los espectadores de 'El Hormiguero'. Cada jueves, la marquesa de Griñón se sienta en la mesa junto a Pablo Motos, Nuria Roca, Juan del Val y Cristina Pardo para analizar la actualidad más candente, pero antes suele desvelar los últimos detalles de su día a día. Después de relatar los preparativos de su boda, el tema del que más se habla en estas últimas semanas es la mudanza definitivamente al lujoso ático que la marquesa de Griñón adquirió en la urbanización Puerta del Hierro en 2020. Sin embargo, esta vez Pablo Motos ha preferido hablar de los problemas de armario de Nuria y Juan mientras nosotras nos quedábamos encandiladas con el vestido que ha lucido Tamara. 

Han hablado de lo difícil que es hacer el cambio de armario, de la situación política actual y de los últimos titulares de la prensa española. Sin embargo, ha llegado un momento en el que los cinco estaban debatiendo sobre si es correcto o no que unos padres acudan (con sus hijos) a una de esas sobremesas que se alargan durante horas. Ha sido entonces cuando Tamara ha recordado una divertida anécdota que tiene como protagonista a Isabel Preysler (72 años).

"Para que no molestásemos al resto del avión, mi madre nos daba unas gotitas. Una vez, viajamos a Marbella. Cuando nos íbamos a bajar del tren nos dimos cuenta de que no había forma de despertar a Ana (Boyer). Empezaron a golpearla para ver si reaccionaba y nada", ha expuesto. "Fue entonces cuando mi madre le preguntó al tío Miguel cuántas gotas le había dado. Le dijo que 'las que me habías dicho, 18'. Pero no tenía que haberle dado 18, eran 8", ha añadido entre risas. Su hermanao no se despertó hasta las 8 de la tarde.

¿Se han mudado ya Tamara Facó e Íñigo Onieva?

Tal y como se puede ver en las imágenes del lujoso edificio, la pareja ha instalado una gran cantidad de vegetación en la azotea de su casa y en sus respectivas terrazas con el único objetivo de proteger lo que ocurra en el interior de la casa de miradas curiosas y, sobre todo, de los paparazzis. Esta decisión se ha denominado bloqueo botánico, algo que a Tamara le ha hecho mucha gracia.

"La casa que me he comprado tiene unas vistas preciosas, pero me veía todo el mundo. Así que he puesto plantas. Y lo han llamado bloqueo botánico porque los paparazzis no me pueden hacer fotos", explicaba entre risas  en una de sus apariciones en 'El Hormiguero'. "Es una casa muy moderna. Realmente está hecha como para que se te vea desde todos los lados. Es muy bonita, pero a lo mejor no es lo mejor para mi", contaba haciendo referencia a su popularidad. 

Llama la atención que esta no es la primera vez que Tamara decide esconderse de la mirada ajena. La colaboradora de ‘El Hormiguero’ utilizó el mismo mecanismo durante la celebración de su preboda en el Hotel Mandarin Oriental Ritz de Madrid. Esto se debió a que el jardín se sitúa en la calle, por lo que los fotógrafos podrían haber tomado alguna fotografía de ese día tan especial.

Lo cierto es que fue hace más de un año cuando Tamara se compró esta vivienda. Pero no será hasta este año, 2023, cuando pueda empezar a disfrutarla. Esto se debe a que Tamara estaba preparándolo todo para que su casa estuviera tal y cómo ella siempre lo había soñado. Es por eso que los muebles exclusivos y las piezas especiales que deseaba tener en su vivienda han tardado más de lo esperado.