El aspecto físico de Rocío Flores ha estado en boca de todos desde que la joven pisase las playas de los Cayos Cochinos. Su propio padre confirmaba que su hija padece una fuerte ansiedad con la comida que la llevó a ganar peso en los últimos años. Sin embargo, parece que la falta comida no está siendo un problema para la hija de Rocío Carrasco y Antonio David Flores. 

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Ya han pasado más de seis semanas de encierro y los cambios físicos son cada vez más evidentes en todos los concursantes. Desde un Albert Barranco casi irreconocible, pasando por Elena que se rompía hace unos días hablando de sus complejos o José Antonio Avilés feliz de haber bajado algunos kilos... pero ¿y Rocío? 

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Rocío Flores
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Sus complejos

No es ningún secreto que Rocío no se siente a gusto con su cuerpo. Sin embargo, parece que el paso de las semanas y la correspondiente pérdida de peso le está ayudando a dar un paso más en esta 'guerra' consigo misma. Si bien hace unas semanas la joven no se quitaba la camiseta bajo ningún concepto, ahora es común verla pasear por la playa en bikini. 

Supervivientes 2020 Rocío Flores Carrasco
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Su recompensa favorita

Pero entre gramos de arroz y pescado, la joven no se olvida de una de sus comidas favoritas y es que mayor recompensa sería "un bocata de filete empanado de mi suegra, con queso y mayonesa, lo echo mucho de menos", confesaba mientras se le hacía la boca agua.

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Pérdida de peso evidente

Aunque no podemos calcular cuanto peso ha perdido a lo largo de las semanas, es evidente que la hija de Antonio David Flores está más delgada. Solo hay que mirarle a la cara para darse cuenta del evidente cambio físico. Eso sí, habrá que esperar a su salida del reality para ponerle un número concreto a dicha bajada de peso.