Cualquier acto al que acuda la reina Letizia (51 años) ya acapara todas las miradas. Su estilismo, entereza y elegancia natural la han llevado a generar interés tanto en la prensa nacional como la internacional. Sin embargo, hoy el foco mediático era más intenso que nunca debido a la cena de gala que ha tenido lugar durante su viaje de Estado a Holanda. Este tipo de eventos son una gran oportunidad en las que las reinas se engalanan con sus mejores vestidos y nos permiten echar un vistazo a los joyeros reales con la elección de tiaras.
En el caso de la esposa del rey Felipe VI (55 años) cuenta con una gran variedad de diademas. La Prusiana, la Flor de Lis o la Princesa son solo algunos de los modelos entre los que puede elegir Letizia. Para esta noche, la reina se ha decantado por la tiara rusa, una pieza inspirada en los tocados rusos y creada para la reina regente María Cristina de Austria. Perlas, diamantes y platino conforman esta joya única que solo hemos visto en contadas ocasiones.
Aunque esta pieza ha encajado perfectamente con el estilismo escogido para esta velada, muchos consideraban que sería la ocasión perfecta para lucir la tiara floral, ya que fue la que lució la reina Sofía en el primer viaje de Estado que realizó junto al rey emérito Juan Carlos a Holanda en 1980. Aquel encuentro fue un punto de inflexión histórico debido a las tensiones y enfrentamientos que habían protagonizado España y los Países Bajos desde el siglo XVI.
La reina Letizia se resiste a llevar una tiara histórica de la reina Sofía
Pero, ¿Cuál es la razón por la que la reina Letizia se resiste a llevar esta tiara, que hoy habría sido un guiño más a su suegra? Esta diadema pertenecía a la reina Sofía durante su reinado, que lució en varias ocasiones. Su origen es un tanto desconocido, aunque se cree que fue forjada en el siglo XIX en Rusia. Es una de las piezas más destacadas y originales del joyero real, ya que puede desmontarse, usando las flores como broches o gargantilla.
Sin embargo, la historia detrás de esta tiara y los eventos en los que se ha lucido podrían haber hecho que Letizia se negará a ponérsela como reina. La diadema floral fue un regalo del dictador Francisco Franco a la reina Sofía al comprometerse con el rey emérito Juan Carlos y tras llegar a España. Desde que llegó al joyero real, la abuela de la infanta Sofía (16 años) la ha lucido en varias ocasiones, como en la cena previa a su boda.
Además, también la han lucido otros miembros de la familia real. Es el caso de la infanta Cristina, que deslumbró en su boda con Iñaki Urdangarin usando este accesorio. Su hermana, la infanta Elena, también ha asaltado el joyero de su madre para utilizar esta pieza. No obstante, desde que empezó a entreverse un distanciamiento entre Felipe, Letizia y sus hijas con el resto de familiares, Letizia ha utilizado cada vez menos esta tiara.
El bonito gesto de la reina Letizia con su suegra, la reina Sofía
A pesar de negarse a usar esta tiara tan vinculada a la reina Sofía, Letizia ha querido tener un bonito gesto con su suegra. La madre de Felipe VI estuvo ingresada la última semana por una infección del tracto urinario. Una condición que preocupó a todos, incluso la prensa internacional. Durante sus días en la clínica Ruber, la madre de la princesa Leonor se acercó al centro médico para visitar a la emérita y desearle una pronta recuperación.
Su interés por el estado de salud de su suegra la podría haber llevado a lanzar un guiño a través de sus accesorios. Durante su primer acto oficial con los reyes holandeses, la mañana de este miércoles, Letizia ha usado unos pendientes de esmeraldas y diamantes que combinaban a la perfección con su traje de tweed y que pertenecen a Sofía. Aunque no es la primera vez que los ha usado, ya que se los vimos puestos en el año 2009 y 2016, el hecho de lucirlos hoy es toda un gesto hacia su suegra.
Lo mismo ha ocurrido durante la cena de gala en el Palacio de Ámsterdam. La tiara rusa ha acaparado todas las miradas, así como su impresionante vestido de corte señorial. Pero si ha habido una pieza inesperada es el broche que ha lucido en su banda amarilla. Esta pieza de perlas pertenece a la reina Sofía, confirmando así que Letizia tenía en mente a su suegra a la hora de elegir algunos de sus complementos.