Una casa llena de plantas... ¡vivas!

Además de aportar belleza a nuestro hogar, las plantas limpian el aire, ayudan a reducir el estrés y mejoran la calidad de vida. Te damos las claves para disfrutar de unas plantas sanas

Una casa llena de plantas... ¡vivas!

No cabe duda de que las plantas son un elemento decorativo muy importante, pero sus beneficios van mucho más allá de lo estético. Con unos pocos cuidados y una dedicación mínima, mejoran la calidad del aire, aumentan nuestra autoestima y llenan de vida y energía nuestro hogar.

Cinco claves para disfrutar de unas plantas sanas

Unas personas creen que las plantas requieren muchos cuidados y otras que no están dotadas, pues inevitablemente se les enferman o mueren las plantas. No es verdad. El problema más frecuente es que no elegimos las plantas adecuadas. Hay que seleccionar aquellas que se adapten a las condiciones que podemos ofrecerles en nuestro hogar. Si la elección es buena, con unas atenciones básicas será suficiente:
Escoge la ubicación con cuidado. La luz es un elemento indispensable y debemos tenerlo muy en cuenta a la hora de elegir el lugar en el que colocaremos nuestras plantas. Tanto el exceso como la falta de luz pueden ser muy perjudiciales: con demasiada luz, las hojas se tiñen de color amarillo y caen, mientras que la falta de luz hace que se marchiten. Recuerda también que las plantas nunca deben exponerse directamente a la calefacción ni al aire acondicionado.
Mantén la humedad. Algunas plantas proceden de regiones cálidas y húmedas y necesitan que las ayudemos a compensar la pérdida de agua provocada por la transpiración. Normalmente la falta de humedad hace que las hojas se vuelvan amarillas. Podemos vaporizarlas con agua o hundir la maceta en turba húmeda. Otra solución es colocar un lecho de grava en el fondo de un plato, llenar la base con agua y colocar la maceta encima. La presencia de un jarrón ornamental con agua o de una fuente también mejora la humedad ambiental.
Riega solamente cuando la planta lo necesite. Antes de regar, comprueba que el sustrato esté seco: toca la tierra, si se adhiere al dedo, está húmeda, de lo contrario, necesita agua. Lo mejor es regar de abajo a arriba, por ejemplo colocando un plato con agua bajo la maceta para que todo el sustrato se empape por porosidad. Recuerda que nunca debes dejar agua encharcada en contacto con las raíces, pues se pudrirán.
Poda. Para que crezcan sanas, es importante podar de vez en cuando las plantas, principalmente en primavera u otoño. Conviene retirar las flores pasadas, ramas muertas y hojas secas, y recortar las puntas marrones. Si la planta ha crecido demasiado en altura, cortaremos los extremos de los tallos para que brote lateralmente.
Escoge el sustrato adecuado. Déjate asesorar a la hora de elegir el tipo sustrato que necesita cada planta, pues es el único modo de asegurarte de que le proporcionará la ventilación, la humedad y los nutrientes necesarios para crecer sana. Recuerda que el recipiente también es importante. Si no lo tienes claro, pide ayuda para escoger el material y el tamaño adecuado.

Trucos del jardinero experto

Los posos del café o del té, las pieles de plátano trituradas, la cáscara de huevo o los restos de ceniza son un abono excelente para las plantas. Debes añadirlos a la tierra justo después de regar.
El agua de los acuarios o peceras y el agua de los jarrones con flores también está cargada de nutrientes para tus plantas. No dudes en utilizarla para regar.

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