Su elevado contenido en grasa y su alto aporte calórico hacen que muchos eviten consumirlo. Pero aun siendo ciertas ambas cosas, hay que tener en cuenta que las grasas que contiene son grasas buenas al ser en su mayoría monoinsaturadas. Gracias a ellas el aguacate puede considerarse un alimento cardiosaludable pues reduce el nivel de colesterol malo y aumenta el del bueno.
Con antioxidantes
Además, al aportar gran cantidad de provitamina A y vitamina E ejerce un gran efecto antioxidante que lo convierten en un aliado para combatir la acción de los radicales libres, prevenir las enfermedades, y también para el cuidado de la piel.
Muy versátil
En la cocina, el aguacate se usa más como una hortaliza que como una fruta. Su sabor suave y neutro permite utilizarlo tanto en recetas saladas como dulces. Por otro lado, su textura untuosa hace que a menudo se prepare en forma de crema. De hecho, es habitual emplearlo como una mantequilla vegetal. Únicamente hay que aplastarlo y mezclarlo con un poco de aceite y un chorrito de zumo de limón.
Ábrelo fácilmente
Simplemente hay que hacer un corte a lo largo, asegurándonos de que el cuchillo llega al hueso. Luego se coge el aguacate con las dos manos y se gira cada mano en una dirección. Para quitar el hueso, hay que dar un golpe seco con el filo del cuchillo sobre él para clavarlo y luego girar suavemente
Evitar la oxidación
El aguacate en contacto con el aire ennegrece muy fácilmente por causa de la oxidación. Para evitarlo, el truco más habitual es rociarlo con un poco de zumo de limón. Si se quiere congelar, hay que hacer primero una crema y rociarlo con limón.
Maduro. Lo está si cede a la leve presión con el dedo. En ese caso, guárdalo en la parte menos fría de la nevera.
Un poco verde. Puedes acelerar la maduración envolviéndolo en papel de periódico junto con una manzana o un plátano.