La tensión, las preocupaciones o un cansancio excesivo pueden dificultar el sueño e impedir que cumpla su función reparadora. Estas siete infusiones pueden ayudarte a relajarte y dormir mejor.
Amapola
Esta infusión de efectos sedantes, analgésicos y antiinflamatorios calma los nervios y reduce la irritabilidad. De sabor suave y color llamativo, combinada con betónica ayuda aún más a conciliar el sueño. Puedes combinarla con menta para darle un toque mentolado.
Cómo tomarla: se prepara una cucharada sopera rasa de la mezcla por taza, se infunde 8 minutos, se cuela y se toman entre 2 y 3 tazas al día.
Milamores
Comparte con su pariente, la valeriana, sus virtudes sedantes y antiespasmódicas. En infusión ayuda a reducir la irritación y prepara para la 'desconexión'. Se emplea la raíz, que por tener un sabor acre se combina a partes iguales con otras dos plantas que refuerzan su acción: la melisa y la verbena.
Cómo tomarla: se prepara una cucharada sopera rasa de la mezcla por taza. Se hierve durante 3 minutos y se deja que repose otros diez. La melisa le proporciona un sabor alimonado muy agradable, que contrarresta el amargor del milamores.
Meliloto
De sabor fresco y herbáceo, esta infusión elaborada con meliloto y anís verde, resulta especialmente útil para ayudar a los más pequeños, sobre todo si son inquietos o hiperactivos, a dormir. Es sedante y antiespasmódica. Al meliloto se le añade el matiz dulce del anís verde para que sea mejor aceptado por el niño.
Cómo tomarla: se infunden ambas plantas durante 5 o 6 minutos, se cuela la tisana y se da a beber al pequeño una media hora antes de acostarlo.
Lúpulo
Los conos de esta planta enredadera, pariente cercana del cannabis, ejercen un prodigioso efecto sedante. Su infusión es ideal para mejorar el insomnio crónico.
Cómo tomarla: puede prepararse la infusión con 15 gramos de planta seca por medio litro de agua, dejando que repose unos 10 minutos. Tiene un tono amarillento y su sabor es amargo, por lo que conviene suavizarla con zumo de limón o endulzarla con miel.
Pasiflora
También conocida como pasionaria o flor de la pasión, se puede considerar tal vez el relajante natural más completo. Aporta sus efectos sedantes sobre el sistema nervioso central, contribuye a serenar las palpitaciones nerviosas y relaja la musculatura. Se utilizan las puntas floridas, de las que basta una cucharada de postre por taza.
Cómo tomarla: se infunde diez minutos y se toman hasta tres tazas al día. Por su sabor algo amargo, se recomienda combinarla con hinojo a partes iguales.
Naranjo amargo
Las flores y las hojas del naranjo amargo actúan como un tranquilizante suave, apto para todos. Tomadas en infusión, poco antes de acostarse, ayudan a templar los nervios acumulados y predisponen para la llegada del sueño. Para reforzar su acción sedante, se combina con lavanda y hojas de espino albar a partes iguales.
Cómo tomarla: se hierve 2 minutos, se deja 10 en reposo y se cuela. Si quieres corregir su sabor, dulzón pero con un toque amargo, puedes añadirle una pizca de miel.
Sauzgatillo
Tanto las flores como sus frutos, además de remedio ginecológico, son un excelente recurso tranquilizante. Resulta especialmente útil si estás tan intranquila que notas hasta palpitaciones nerviosas que te impiden dormir. Puedes combinarlo, si quieres, con verbena e hinojo.
Cómo tomarla: se infunde una cucharada de la mezcla por vaso de agua y se toma una media hora de acostarse, endulzada con miel.