¡Mark Hamilton! ¿Se acuerdan ustedes de él? Sí, hombre, ese guaperas que es/era marido de María Lapiedra, el morenazo que se paseaba con cierta chulería por los platós como muestra viviente de que el amor es ciego. Porque mientras el bueno de Gustavo González lucía añitos, ternura a raudales, arrugas y principio de alopecia (perdóname, amigo), Mark exhibía físico de héroe griego, ojos aterciopelados y largas pestañas. ¡Pero el sensible corazón de Pascualina era para el provecto y querido compañero! Pues María cuenta que Mark está opositando para policía, pero al mismo tiempo tiene la sospecha de que todo es una excusa para no trabajar.
Está viviendo en casa de sus padres en la calle Numancia de Barcelona, y son sus padres los que se ocupan de las niñas cuando María viaja a Madrid. Aunque la generosa Pascualina le ha pagado 60.000 euros por quedarse con sus hijas mientras estuvo en ‘Supervivientes’ (y aún le debe un pico), Mark Hamilton, que es hombre de gustos caros, se queja porque ha tenido que bajar su nivel de vida, ya que hace dos años que no cotiza. ¡Y lo que más le ha dolido ha sido tener que prescindir del mercedes modelo ML de su ex, que tanto le molaba! Aunque Mark dice abominar de la tele, se ha ofrecido como tertuliano a ‘Cazamariposas’, ‘Sábado Deluxe’ y ‘Arucitys’.
Pero al poner la condición de no hablar de María, porque así se lo ha pedido ella, sus servicios no interesan. Su principal actividad en estos días es ir a un gimnasio del Ensanche a trabajarse el bíceps (hay gente que lo confunde y lo llama Gustavo).