Qué buena persona eres. Tu novia declara (aquí, en Lecturas) que tienes una familia de mierda y perdonas. Y qué moderno eres, tu novia trabaja haciendo estriptis particulares y tu solo comentas, “es su vida”. Eres un santo, querido compañero.
Sí, pero...
Temo que, por el que dirán, por orgullo, por dignidad mal entendida, al final termines por romper con ella. Y no, amigo, no permitas que los periodistas, por esa manía nefasta de investigar hasta el fondo e informar caiga quien caiga, se carguen una relación tan bonita. Tú debes mantenerte al lado de María, como Lancelot y su Ginebra, como Peter Pan y Wendy, como Chip y Chop, aguantando el chaparrón con tu sonrisa angelical, tu alma noble y tu mirada de chiquillo inocente. Eres un ejemplo vivo de tolerancia, bondad y tragaderas, ay, perdón, con lo bien que me estaba quedando, ejem, ¡feliz año nuevo!