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Soy partidario del silencio. Creo que es la mejor arma ante una crisis porque así no se fomentan los dimes y diretes. Pero en el caso de Pepe Navarro mi teoría se va a tomar por saco. Después de verlo en el programa de Bertín creo que estar en silencio durante años no sólo no le ha favorecido sino que le ha perjudicado. Yvonne Reyes contaba o insinuaba cosas terribles de él y el presentador callaba. El silencio contribuía a forjar la imagen de un Pepe vanidoso, soberbio e incluso tétrico a más no poder. Un Pepe oscuro que movía los hilos en la sombra y que era capaz de amargar la vida al que se le pusiera por delante.
Pepe aprovechó la presencia de Yvonne en 'GHVIP' para ir soltando perlitas a los compañeros de la calle y ahí su imagen comenzó a variar ligeramente. Pero fue con Bertín Osborne donde acabó se dar la vuelta a la tortilla. Navarro apareció sosegado y fue desmontando con gran credibilidad la historia que Reyes nos viene contando desde hace años. Jugó a favor del presentador su dominio de la escena y su total y absoluta tranquilidad. En ningún momento se le vio crispado ni intentando convencer al personal. Como dicen las tertulianas cursis fue a contar “su verdad” y salió más que airoso de la prueba.
Ahora Yvonne lo tiene crudo. Una sola entrevista de Pepe Navarro ha conseguido que se tambaleara su chiringuito. Por otra parte me encantó ver a un profesional que ha hecho historia en la televisión de nuestro país. Pepe debería tener menos reparos a la hora de acudir a un plató. Tiene bagaje de sobra para llevarse de calle al personal.