Actualizado a
Nuestra estructura familiar está de enhorabuena. A nuestros cuatro perros se ha incorporado un nuevo miembro: una plataforma digital. Después de mil y una gestiones y cientos de quebraderos de cabeza conseguimos darnos de alta en una de ellas. La estrenamos el sábado viendo el documental de Amy Winehouse y 'Lío en Broadway', una peli que prometía pero que luego se quedó en agua de borrajas. Tanto es así que P. se queda frito en el sofá y me la enchufo yo solito. Al día siguiente, domingo, invaden la casa por motivos profesionales cerca de diez personas. Admiro la paciencia de P., que aguanta el tirón como un auténtico campeón. Yo no sé si sería tan generoso con él. Si lo dudo es que no, para qué vamos a engañarnos. Desde hace algunas semanas vengo diciéndole : “No te preocupes que ya nos queda poco jaleo antes de irnos de vacaciones”. Y él me mira con cara de “No me vaciles” y me responde: “No me vendas motos que ya tengo una, anda”. Tiene razón: llevamos un acelerón encima de no te menees. Por la tarde, después de pasear a los perros, nos citamos de nuevo con nuestra plataforma. Vemos 'La habitación de Fermat' y 'Todos los hombres del presidente'. Bueno, esta última la veo otra vez yo solito. P. vuelve a quedarse dormido. Parece que la plataforma no tiene pinta de convertirse en un elemento revitalizador de nuestra pareja. Tendremos que probar con la opción de Cine para Adultos.