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Está cada año más chutada, en el mejor sentido de la palabra. Es una mezcla de huracán, tornado y ciclogénesis explosiva. Cuando aparece llega pisando fuerte, decidida, desprendiendo energía. Con las mismas se larga y te deja tambaleando, sin fuerzas, como si te hubieras tenido que agarrar a una farola porque un vendaval amenazaba con llevarte al más allá.
Me gusta la gente como Mercedes. Apasionada. Vital. Optimista. Atrevida. Arriesgada. Su valía profesional no sólo es indiscutible sino que la convierte en una de las mejores presentadoras de este país. Aunque ella no es presentadora: es nuestra show woman por antonomasia. Quizás la primera y la única que tengamos por el momento.
A mí me encanta verla trabajar porque siempre descubro en ella matices nuevos, giros sorprendentes, recursos inéditos. Creo que lo que me pasa con ella no me sucede con nadie más. Me parece muy difícil lo que hace. Quienes no lo advierten es que no tienen ni repajolera idea de lo que va nuestro negocio.