GH17 ha llegado a su final en un clima de tensión que hacía saltar chispas en plató. Ayer Clara, que lleva unos cuantos enfrentamientos acumulados a lo largo de esta edición, se midió con el presentador del espacio, Jorge Javier. Una vez más, la exMiss saltó por los aires con un comentario sobre ella. Si hace unos días sacaba los pies del tiesto en el Debate de GH con Pelayo, quien solo trataba de dar su opinión y recibió de ella toda clase de insultos y menosprecios, anoche le tocó a Jorge. Clara tendría que venir con una pegatina que avisara lo inflamable y explosiva que resulta.
El detonante que provocó que anoche estallara fue un comentario de Jorge, hecho en tono de sorna. Dirigiéndose a Bea le dijo lo siguiente: “Me llama la atención el respeto reverencial, lindando con el miedo, que le tenías a Clara”, entonces la aludida saltaba como un resorte y amenazaba con lo siguiente: “No te permito que digas que mis compañeros me tenían miedo”, ha espetado, mientras que el conductor no se achantaba y se mantenía firme a su pregunta. Además, se reafirmaba mucho más en lo dicho pues la manera de Clara de plantear su indignación era, cuanto menos, avasalladora. Ese “no te permito” le chirrió a Jorge, y a todos los que estábamos viendo el programa desde casa.
“Eso en mi vida se lo habría dicho a una persona a la que le saco casi 30 años, que presenta un programa y que lleva trabajando muchísimo tiempo”, y ella, dale que dale, “llevas dando a entender cosas que no son todo el programa, y ya está”. El público no daba crédito y los abucheos al comportamiento de la concursante se sucedieron.
Jorge trataba de enterrar el hacha de guerra al verla venirse abajo. “No quiero que lo pases mal por esto”, a lo que ella soltaba, “pues no me lo hagas pasar mal, joder”. “Tú crees que tengo algo personal contigo, Clara”, “¿Quieres que te conteste sinceramente? Creo que sí, porque me juzgas todo lo opuesto a lo que yo soy”. Jorge la animaba a que esto, en lugar de decírselo en antena, se lo hubiera contado detrás de las cámaras, que ella le hubiera explicado su sentir fuera del directo. “Entendéis un plató como un campo de batalla, y no lo es. Y ese ha sido uno de los grandes fallos de este Gran Hermano. No os habéis escuchado, no habéis sido capaces de empatizar y, en ningún momento, habéis tenido ganas de arreglar ningún conflicto, porque os movéis mejor ahí que en el buen rollo”, concluía el presentador. Y todos no podemos más que darle la razón.