Irene Rosales acompaña a Kiko al trabajo presumiendo de barriguita

Irene Rosales, pese a que tiene una barriguita de lo más discreta, le gusta presumir de su feliz estado. El embarazo a la chica de Kiko Rivera no podría sentarle mejor, pues en su rostro no se aprecia el cansancio que suele aparecer en muchas premamás. Con tanta energía se ve Irene que hasta es capaz de acompañar a Kiko a sus bolos por discotecas. El último ha tenido lugar este fin de semana.

Rosales, que dará a luz en dos meses, está de lo más enamorada de Rivera, y parece que no le afecta lo más mínimo los rumores de infidelidad. Ahora se dedica a mirar por ella y por su hija, y lo que diga el resto del mundo le da exactamente igual.

El nacimiento de la niña, que Kiko ya avanzó que le gustaría llamarla Ana, como su abuela, traerá a la pareja una enorme alegría, una ilusión que podría verse empañada si el día de mañana, cuando haya nacido el bebé, no esté la abuela de la criatura para besarla. Los Pantoja contaban con que para entonces Isabel ya llevaría algún tiempo disfrutando del tercer grado, pero no está siendo así. La tonadillera sigue en prisión reclamando una y otra vez que se le conceda el ansiado régimen de semilibertad. Algo que, por el momento, está tardando en llegar.

Kiko e Irene tienen planes de futuro entre los que pasa una boda. La pareja deseaba celebrarla el próximo año, cuando Isabel pudiera ejercer de madrina de su hijo, pero no hay nada claro respecto a fechas. Todo depende de la Fiscalía y la situación que tenga Pantoja para entonces. De momento, y lo más inminente, es la concesión de un permiso de varios días en los que pueda disfrutar de los tuyos. Quién sabe si detrás de este pueda venir el definitivo, el que le libre de pasar los días en la cárcel de Alcalá de Guadaíra.