Ya hace unos meses que Ana Obregón está más pendiente que nunca de sus padres, que están pasando por una delicada etapa por problemas de salud, algo normal de la edad. El viernes era la madre de la actriz, Ana María, quién tenía un pequeño susto y pasaba la noche hospitalizada en el Hospital Ruber Internacional de Madrid.
Tanto su hermana Celia como ella no se separaron ni un momento de Ana María, que tuvo que dejar de lado sus compromisos para poder estar pendiente de ella. A media mañana del viernes, por fin le daban el alta y salía acompañada de la mayor de sus hijas. Celia hablaba con los medios de su estado de salud: “Está fenómeno, ha tenido una pequeña gripe y como es muy mayor han estado aquí con ella y ahora ya nos la llevamos a casa”.
Y es que el pasado octubre, Ana María ya había sido ingresada de urgencia a causa de una dolencia cardíaca, por lo que tuvieron que colocarle un marcapasos. Una intervención que fue todo un éxito.
“Eso fue hace tres meses", recordaba Celia. "Ahora han sido tres días, que es muy mayor y tenía una gripe A. No es contagiosa, ya está bien y se va para casa”. A lo que añadía: “Como siempre hay que dedicar a los padres todo”.
Y es que esto se afronta de otra manera después del gran susto de 2015, que hizo que Ana pasara uno de los peores momentos de su vida. Su madre sufría un derrame cerebral estando de vacaciones con su marido en Mallorca, un mal trago del que salió adelante.
La actriz, muy unida a sus progenitores, no duda en demostrar el cariño que siente por ellos a través de sus redes sociales. En noviembre compartía una bonita imagen en su perfil de Instagram mostrándose feliz por el estado de salud de su madre. "Un alto en las grabaciones para disfrutar con mis padres. Feliz con la mejoría de mi madre y de verlos juntos tan enamorados como el primer día. 60 años de amor no es nada!", rezaba el título.