60 años de Cristina la Veneno, la artista trans que tocó el cielo y murió en extrañas circunstancias

La almeriense saltó al estrellato tras convertirse en colaboradora de televisión en los noventa, pero luego entró en una complicada espiral de autodestrucción

Álex Ander
Álex Ander

Periodista especializado en corazón y crónica social

Cristina La Veneno
Atresmedia

El año 2016 parecía prometer para Cristina la Veneno, que aquella primavera empezó a ultimar los detalles del lanzamiento de sus memorias, escritas por la periodista Valeria Vegas, ilusionada. Entonces llevaba varios años alejada del foco mediático, luchando contra los demonios interiores, mendigando compañía y buscando el amor en el lugar equivocado. En realidad, su vida no había sido fácil nunca: creció oyendo insultos como maricón, se enfrentó desde joven a la incomprensión de su entorno y pronto tuvo que marcharse de su pueblo natal para poder vivir conforme a su sexo sentido. En 1992 acabó instalándose en Madrid, donde se puso a trabajar como prostituta callejera y, un buen día, por azares del destino, consiguió trabajo como colaboradora de televisión en el programa 'Esta noche cruzamos el Mississippi'.

Durante un par de años, Cristina se ganó bien la vida haciendo galas en las que cantaba su tema 'Veneno pa tu piel' y entreteniendo a los espectadores del programa de Pepe Navarro con su soez verborrea, su gracia y su indiscutible magnetismo. Hasta grabó dos películas porno coprotagonizadas por su entonces novio, el italiano Andrea Petruzzelli. Pero todo empezó a torcerse en 1998, cuando comprobó que tanto los promotores como los directores y productores de televisión se habían empezado a olvidar de ella, y que la tóxica relación con su chico no contribuía a mejorar su ya de por sí maltrecho estado anímico -el mismo que la llevó a convertirse en adicta a los ansiolíticos-. Agobiada por la falta de ingresos, ideó con su chico una serie de estafas que durante una temporada le proporcionaron algo de dinero, pero que en realidad no eran más que un simple parche para salir del paso. 

La cosa se les fue de las manos el día que Cristina aseguró la casa por varias compañías y le prendió fuego. Andrea la acabó denunciando de forma anónima, y la almeriense fue detenida, juzgada y condenada a tres años de prisión por estafa. Los pasó en un módulo de hombres de la cárcel de Aranjuez, de donde salió en libertad en 2006, deprimida y deteriorada físicamente. Por un tiempo volvió a los platós de televisión, donde sacó un dinero complementario a lo que ya recibía -algo más de 300 euros- por una pensión no contributiva. En más de una entrevista habló sin tapujos de la cantidad de hombres famosos con los que se había acostado tiempo atrás, la mala relación con su madre -a quien más de una vez tachó de maltratadora- y lo chulos y vividores que le habían salido todos sus novios -claro que tampoco es que ella fuese muy exigente a la hora de buscarlos-.

Tiempos penosos

En ese sentido, tampoco fue una excepción su último amante, de nombre Alin, al que conoció en 2014 en la madrileña Puerta del Sol. A su lado vivió su época más triste, una en la que a sus problemas de salud mental y física se unieron algunos vicios nuevos -según varias fuentes consultadas, empezó a consumir alcohol y drogas de forma habitual-. Y a principios de noviembre de 2016, poco después de que sus memorias vieran la luz, falleció en el hospital de La Paz de Madrid tras sufrir una caída en su domicilio que le ocasionó un grave traumatismo craneal. El forense responsable de la autopsia concluyó que Cristina dejó de respirar debido a "un fracaso visceral multiórganico con septicemia y hemorragia menigo-encefálica", y que la fatal caída se debió a un accidente doméstico.

Sus familiares nunca creyeron esa versión y siempre dudaron de la investigación policial, que se cerró a toda prisa y acumuló varios errores. Tanto a sus padres como a sus hermanos les escamaba que el cuerpo de Cristina presentara numerosos golpes y que, sin embargo, ese dato no apareciese siquiera recogido en el informe forense. "Es normal que los familiares se alarmaran al ver hematomas o moratones, pero estos son inespecíficos y pueden deberse a múltiples orígenes, incluso tener distinta antigüedad o deberse incluso a las atenciones médicas de urgencias o a la alteración vascular asociada al consumo tóxico", aseguró la médica forense Julia Fernández en una entrevista realizada para la elaboración del libro 'Veneno. De Adra a las estrellas. Una biografía ilustrada'.

Durante un tiempo, varios familiares de Cristina trataron de reunir pruebas que demostrasen que su muerte pudo producirse de forma violenta. Consideraban que Alin, la persona que encontró su cuerpo malherido, pudo tener algo que ver con lo ocurrido. Varios amigos de la artista habían sido testigos de la tumultuosa relación entre ambos y, curiosamente, el día anterior a la caída, Cristina llamó a la Policía, acusando a su "pareja" de amenazas de muerte.

Un caso envuelto en misterio

Nadie sabe a ciencia cierta qué pudo ocurrir la noche de marras, pero es probable que Cristina, que según el informe policial había ingerido alcohol y medicamentos poco antes de caerse, mantuviera una discusión o forcejeo con Alin que se les pudo ir de las manos. Y también se cree que pasó demasiado tiempo desde que se produjo el traumatismo en la cabeza hasta que Alin pidió ayuda a una vecina, que fue quien llamó a una ambulancia, lo que tuvo fatales consecuencias. Sí es un hecho que los Ortiz Rodríguez intentaron reabrir la causa de la muerte de Cristina, que ahora soplaría 60 velas, y que tanto la Fiscalía como la titular del juzgado de instrucción número 53 de Madrid se opusieron a ello.

"En el caso de Cristina, no parece que nuestras instituciones hayan velado por sus derechos. No se ha garantizado una investigación rigurosa y objetiva, y lo que es peor, no ha sido tratada con el respeto que Cristina merecía", comenta el perito judicial Óscar Tarruella en su libro 'Diario de un agente de homicidios'. "Pero ¿saben qué les digo? Que nadie podrá borrar su legado. El don con el que nació y que la convirtió en un icono para muchas personas. Desconozco si la huella del señor fiscal será recordada en un futuro. De lo que no tengo la menor duda es de que Cristina será eterna".

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