Combatir las arrugas del rostro es posible gracias a los avances de la ciencia y a los conocimientos de la piel. Puedes retrasar su aparición o suavizarlas. Pero no todas las arrugas son iguales ni todas responden igual a los tratamientos. Con las más profundas poco puede hacer la cosmética que usamos en casa. Sin embargo, las arrugas más superficiales se pueden tratar con muy buenos resultados, evitando que vayan a más o reduciéndolas. Solo hay que usar los cosméticos adecuados.

El fotoprotector, la mejor crema antiarrugas

Hay muchos tratamientos para las arrugas pero los expertos coinciden que la mejor crema preventiva es el protector solar. Elígelo con SPF 30 o 50 y úsalo cada día, tanto en verano como en invierno. Así mantendrás tu piel joven por más tiempo.

Los cosméticos más adecuados

Son los que incluyen alguno de estos principios activos. Fíjate en el envase si contiene alguna de estas sustancias y descubre qué función tienen.

Ácido hialurónico. Hay de dos tipos. El de alto peso molecular, que alisa la piel de inmediato a nivel superficial. Y el de bajo peso molecular, que rellena y regenera desde el interior. Ideal a partir de los 30 años.

El reitnol (o vitamina A). Reduce las líneas de expresión y las arrugas. Difumina las manchas y mejora la luminosidad. Ideal a patir de los 35 años.

El ácido ascórbico (o vitamina C). Se combina con los anteriores para conseguir más eficacia antiarrugas.

Sérum. Además de los principios activos, también conviene fijarse en las texturas y elegir la que más se adapta a nuestro cutis. El sérum está indicado para pieles normales y mixtas. Y se usa antes de las cremas (tanto de día como de noche).

Crema. Son texturas más consistentes y están más indicadas para los cutis maduros, en climas fríos y secos.

Multiplica la eficacia del cosmético

Exfolia el rostro. De esta manera, al retirar las impurezas y células muertas, los activos de los cosméticos penetran mejor en la piel.

Masajea la cara. Para aplicar la crema antiarrugas, date un pequeño masaje en la cara, sin arrastrar la piel. Hazlo mejor por la noche, pues la piel se regenera durante el sueño.