Cáncer de mama: Así reduces riesgos

La incidencia de este tumor ha aumentado un 20% desde 2008. Cuidarte un poco más es el primer paso para evitarlo

Cáncer de mama: Así reduces riesgos

Puesto que no existe una sola causa y que es una unión de factores los que propician su aparición –en eso insisten los expertos– no podemos poner cara a un único enemigo. Pero sí es posible tomarnos muy en serio lo de seguir un estilo de vida sano para alejarnos lo más posible de esa estadística que muestra el cada vez más creciente número de afectadas.

Cómo protegerte mejor

Todas sabemos lo que significa seguir hábitos de vida saludables, pero no siempre los interiorizamos y los aplicamos a diario. En estas páginas queremos recordarte cómo puedes alejar el riesgo de sufrir un cáncer de mama. El riesgo 0 no existe, es cierto (porque el influjo de un gen alterado, que puede callar durante varias generaciones, es grande) pero es posible que –en lugar de dejarlo todo a la suerte– demos las mejores herramientas de lucha a nuestro organismo.

Cuídate con constancia: Repite los buenos hábitos para que de verdad sean "buenos"

Muchos de nuestros pequeños actos diarios pueden ir alejándonos poco a poco de esta plaga. No asumas un cambio de costumbres como una carga o un castigo; considéralos una oportunidad para mantener o aumentar tu salud. Pero ten en cuenta que no sirve llevar una vida sana durante unas semanas y olvidarla en las siguientes. Es la constancia y el aplicar a diario esos buenos hábitos lo que puede marcar la diferencia entre enfermar o estar sana.
Por otro lado, no olvides que hay grandes enemigos de tus senos que pueden dar al traste con tus buenas intenciones:
Las grasas de más. Si te sobran muchos kilos, ponte en manos de un profesional para, de una vez por todas, eliminarlos. El estrógeno, ligado de alguna manera a estos tumores, se genera y se almacena en la grasa. Cuanto más tejido graso acumulen tus senos, más estrógenos circularán por tu organismo.
¿Los anticonceptivos orales? Al parecer, el uso continuado de anticonceptivos hormonales aumenta levemente el riesgo, que desaparece a los 10 años de haber dejado esas hormonas.

En tu mesa: La prevención más sencilla

Podemos hacer mil dietas a lo largo de la vida, pero la que más nos beneficia es la mediterránea.
Cuatro cucharadas de aceite de oliva virgen extra cada día. Esa es la recomendación que nos hacen los investigadores españoles que han llevado a cabo el estudio Predimed. Según esta importante investigación, tomar esa cantidad a diario reduce en un 68% el riesgo de sufrir este tipo de tumor.
Frutos secos. Son otra de las perlas que los expertos recomiendan tomar. Sus grasas buenas –poliinsaturadas– logran que nuestras células se mantengan jóvenes y en buen estado por más tiempo. No abuses: basta con un puñadito cada día.
Ante todo, dieta mediterránea. Como has leído en la información previa, es la mejor opción para nuestra salud, pero desde estas páginas te animamos a seguirla desde lo más natural, elaborando en tu cocina los platos mediterráneos, añadiendo cebollas, ajo y todo tipo de verduras naturales, sin procesar, dando prioridad
a esos vegetales y a las legumbres.
¿Soja sí o soja no? La controversia existe, pero parece ser que los fitoestrógenos de la soja protegen del cáncer de mama. Lo que no conviene es tomar suplementos: grandes dosis de una sustancia química de la soja (la genisteína), ya que puede dañar las células.

Otros factores de protección que tienes a tu alcance

Existen más formas sencillas y económicas de protegerte. Tenlas en cuenta en tu vida cotidiana.
Haz alguna actividad física. No importa cual: caminar con las amigas, hacer bicicleta en familia, acudir a clases de Pilates o de yoga… Todo suma. Si te acostumbras a realizar ejercicio físico, en la medida que tú puedas (y sea cuál sea tu edad porque para esto no hay límite), estarás dando una protección extra a tus células.
Evita el exceso de azúcar. Su sabor nos engancha, nos "envicia"… y su exceso nos puede hacer más proclives a sufrir un tumor mamario. Así lo aseguran científicos de la Universidad Rey Juan Carlos, que han demostrado que ese exceso aumenta la actividad de una proteína (b-catenina) muy ligada al crecimiento de tumores. Pero parece ser que los edulcorantes artificiales tampoco son la panacea. Hay que buscar, pues, alternativas al azúcar. Quizá la estevia natural (la hierba pura) o la miel (sin azúcares añadidos) puedan ser los mejores sustitutos en estos casos.
Amamantar es protector. Se sabe que dar el pecho al bebé de seis a nueve meses como mínimo es una estupenda protección frente al cáncer de mama. Es debido a que la mayoría de las mujeres no ovulan durante la lactancia, con lo cual su organismo no produce estradiol, una hormona estrogénica muy relacionada con este tumor. Es especialmente positiva para aquellas mujeres que tuvieron la regla pronto o que tienen ciclos muy cortos (dado que ovulan más veces y generan más estradiol).
¿La cerveza es buena o mala? Puede beneficiarte con dos condiciones: que no tomes más de una diaria y que no te falte ácido fólico (en vegetales verdes) porque si tu organismo no tiene suficiente cantidad de esta vitamina el alcohol puede precipitar la aparición de células malignas. Y lo mismo podemos decir del vino: sí,
pero con moderación (no más de un vasito diario) porque si tomas dos o más bebidas alcohólicas al día aumenta un 20% el riesgo de sufrir cáncer mamario.

La ayuda de la medicina

¿Elastografía o mamografía? Algunos expertos consideran que la mamografía no es un método fiable, además de que supone recibir radiación, lo que puede aumentar el riesgo en mujeres que ya tienen predisposición a sufrir este cáncer por una mutación en el gen BRCA1. Ante ello, proponen usar una prueba llamada elastografía, sin radiación.
El calor sirve como detector de tumores. En un futuro no lejano los tumores se identificarán con pruebas menos dolorosas. Una de ellas es la termografía, que consiste en analizar el calor que desprenden determinadas zonas del cuerpo, lo que puede indicar que ocurre algo y avanzar el diagnóstico…¡hasta 8 años
antes!
Los estudios sobre la vitamina D. Las últimas investigaciones dicen que este cáncer es más común en mujeres con bajos niveles de vitamina D (debe haber 70-100 ng/ml). Procura tomar 15 minutos al día el sol e incluir en tu alimentación caballa, arenques, salmón, sardinas, huevos y champiñones.

Por qué tomar semillas de lino

La linaza o lino también contiene fitoestrógenos y, según la doctora Lilian Thompson, de la Universidad de Toronto, son beneficiosos incluso cuando se padece un tumor mamario porque ayudan a reducirlo. De todas formas, conviene consultar con el médico

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