Las diez noticias de la familia real más importantes del año

La separación de la infanta Cristina fue la exclusiva no del año, sino de la década. Las fotografías de Iñaki con otra mujer que fueron portada de Lecturas marcaron la agenda informativa del mes de enero y su eco todavía perdura. Pero, seguramente, si la propia infanta no hubiera corroborado la información un par de semanas más tarde también en Lecturas, los otros medios seguirían tratando de empañar eso tan sencillo pero difícil de hacer que se llama buen periodismo.

¡Leonor habla! Así se publicitó la primera película hablada de Greta Garbo y de esta manera constatamos que Leonor, de quien hasta este año apenas conocíamos el tono de voz, habla, sonríe, saluda y es, en resumen, una chica normal de 17 años. La princesa de Asturias poco a poco va soltando amarras, aunque se nota que le cuesta. A ella no, a Letizia.

Juan Carlos en Sanxenxo fue el espectáculo más penoso del año. Jaleado por sus fieles, llevado en andas por sus amigos, contestó a las preguntas de los periodistas con arrogancia: “¿Dar explicaciones? ¿De qué?”. El broche de oro fue esa tensa reunión familiar a la que no fue Letizia, que ni siquiera se desplazó desde su casa, ni tampoco Sofía, ausente por un oportuno coronavirus. Felipe y su padre se encerraron en el despacho y sus gritos atravesaron paredes hasta llegar a toda España:

–Trátame con respeto, soy tu padre.

–No te hablo como hijo, sino como rey.

Juan Carlos habrá tenido mil quinientas amantes, pero la más famosa y la única que ha hablado de él ha sido la princesa alemana, que ha desgranado en los ocho episodios del pódcast ‘Corinna y el rey’ todos los detalles de esa relación que ha durado casi veinte años, ocho como pareja y el resto como enemigos íntimos. Denuncia acoso, injurias, difamación, corruptelas varias, hechos gravísimos que, sin embargo, apenas han tenido trascendencia. Tampoco una parte de sus acusaciones delante de la Corte inglesa se dirimirán en un juicio, ya que los magistrados han dictaminado que Juan Carlos, si cometió esos delitos, era inmune y, por tanto, no puede ser castigado.

¡Sofía, Juan Carlos, Letizia y Felipe juntos, pero no revueltos, en el funeral de la reina Isabel de Inglaterra! Mientras Sofía –educada desde la cuna en el fingimiento– exhibía buen humor y complicidad con su marido, la expresión de Letizia congelaba océanos. Su mandíbula tensa, el gesto rígido de hombros y su mirada sombría dejaban adivinar que estaba pasando el peor rato de este año. El emérito, de risas, aprovechó la recepción posterior para acercarse al nuevo rey de Inglaterra y contarle su caso, pese a que era evidente la incomodidad de Carlos, que trataba de rehuirlo.

Asumiendo al fin que la ropa es un lenguaje y que es la única forma de expresarse que le permite la Constitución, Letizia se puso una blusa ucraniana cuando comenzó la invasión de Rusia, así como un vestido hecho por supervivientes de la trata de blancas para denunciar este hecho, y también la utilizó para motivos no tan serios. Trasparencias, minifaldas, enseñar la barriga, la nueva Letizia empoderada, a la que nadie hace sombra, quiere distanciarse de la forma de aparecer y de reinar de su suegra. Además, Letizia es muy coqueta y le gusta gustar.

Suegra y nuera. Las pésimas relaciones entre ambas se suelen evidenciar en los Premios Príncipe de Asturias, a los que ya no tiene sentido que acuda de una forma tan protagonista la reina Sofía. En los de este año pudimos ver una imagen reveladora: mientras la platea puesta en pie ovacionaba a Sofía, que estaba en un palco, por el pasillo central caminaban los Reyes y sus hijas, sin que nadie lo advirtiera. A medio pasillo los espectadores se dieron cuenta y se giraron hacia ellos como las flores se vuelven al sol, sin dejar de aplaudir obsequiosamente. Después, hubo un pequeño rifirrafe entre abuela y nietas por temas de protocolo, con el que Sofía es especialmente cuidadosa. Me imagino esa noche a Letizia con una toalla empapada en vinagre sobre la frente diciéndole a su marido: “Oye, y esto de tu madre, ¿hasta cuándo?”.

Paloma Rocasolano, la madre de Letizia, tiene novio, un atractivo nigeriano de origen inglés llamado Marcus Brandler. Están tan enamorados que en mayo dieron rienda suelta a su pasión con tórridos besos en plena calle, como vimos en Lecturas. A finales de octubre, Paloma y su novio acudieron a los Premios Princesa de Asturias. Una situación un tanto injusta para el padre de Letizia, obligado durante muchos años a casi esconder a su mujer, Ana Togores.

Victoria Federica es la sobrina antipática e ‘influencer’ del Rey y, por si acaso alguien no lo recuerda, quinta en la línea de sucesión de la Corona española. Hace un par de semanas publicábamos aquí que se quería ir a vivir a la Zarzuela, lo que no deja de causar asombro. Por una parte, el palacio no es propiedad de la familia, sino de Patrimonio Nacional, es decir, de todos los españoles, por lo que, en teoría, todos podríamos irnos a vivir allí. Los sueldos de los servidores que atenderían a la ilustre muchacha y todos los servicios que utilizaría también los pagamos nosotros. Por otra parte, no deja de ser un agravio comparativo respecto a los otros nietos, los hijos de Cristina, ya que Juan vive en Madrid, en un apartamento, desde hace tiempo. Por esta regla de tres, también Carla Vigo, sobrina de la reina como Vic lo es del Rey, podría irse a vivir a palacio.

En el mes de febrero, Felipe tuvo coronavirus.