El primo aventurero del rey Felipe VI que pocos recuerdan y que antes fue pareja de la reina Letizia

En un tiempo remoto, antes de que Letizia conociera al Rey, esta se dejó ver al lado de alguien que acabaría siendo muy cercano a la Corona…

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Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe digital de Lecturas

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¡Las vueltas que da la vida! Una frase tan manida como verdadera. Uno un día puede estar saliendo con alguien, al poco romper con él y, a los años, reencontrártelo en los eventos familiares porque se ha casado con alguien de tu nueva familia política. ¿El argumento de una comedia de enredo? No, lo que le pasó a la propia Letizia. 

Pero empecemos por el principio. Ubicando a Antonio José Muñoz Valcárcel, o, como acabaría siendo conocido, Kitín Muñoz. Un aguerrido militar en cuyo currículo hay formación sobre absolutamente todo lo que uno pueda imaginar. Y es que este Action Man de carne y hueso ha sido, además de miembro de élite del Ejército Español, científico, navegante, explorador y sociólogo. Una impresionante carrera laboral que pronto le hizo llamar la atención de los medios. 

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Cada proyecto en el que Kitín se involucraba resultaba más sorprendente que el anterior. Él era capaz de construir su propia balsa con materiales reciclados y, con la misma, hacerse al mar y recorrer largas distancias; y, al día siguiente, dar una conferencia defendiendo los derechos de los aborígenes de una recóndita región. ¡Cómo no iba a resultar tremendamente fascinante este hombre con un diminutivo tan sonoro! Ante semejantes ingredientes, no es de extrañar que una alguien tan curiosa como nuestra Reina se fijara en él...

"Un romance en libertad"

Nuevo salto en el tiempo. Se acaba de terminar la convulsa década de los noventa y los años dos mil se prometen excitantes. Letizia Ortiz hace méritos para ser considerada una de las mejores periodistas de su generación, y sus permanentes ganas de saber más la han convertido en la estrella de CNN+. Es entonces, cuando el aventurero se cruza en su vida. 

Años más tarde, desde su blog en la revista Lecturas, Pilar Eyre desvelará esta relación. “Letizia acababa de romper con el periodista David Tejera. Kitín Muñoz era un soltero de oro, un navegante trotamundos, un científico dedicado desde niño a emprender travesías románticas e imposibles”, relató entonces.

Kitin Munoz

La periodista catalana lo tacha de “un romance en libertad que duró dos meses”, algo breve y sin importancia, que, muy probablemente, tan solo distrajo a sus protagonistas unas cuantas semanas. Entonces, los dos tenían apenas 30 años, eran atractivos, exitosos y tan solo buscaban pasarlo bien. 

Un entretenimiento frugal que, muy probablemente, jamás pensaron que, con el paso de los años, se les seguiría recordando. Pero es que cómo iban a imaginarse que acabarían casados con sendos herederos al trono… Al trono de diferentes países, entiéndase. 

La cena que cambió la vida de Kitín y Kalina

Y es aquí cuando la vida de Kitín y Felipe VI se cruza y entremezcla. Durante un evento en la Casa de América, en Madrid, el aventurero conoció a Kalina de Bulgaria, la princesa búlgara a la que acabaría uniendo su existencia. Ella era la hija del último zar de Bulgaria, Simeón, había vivido en el exilio, y, gran parte de este, en España, donde Juan Carlos y Sofía los acogieron con tremendo cariño. No obstante, formaban parte de la familia. 

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Para Juan Carlos, el rey búlgaro siempre fue un gran aliado y un fabuloso confidente, al que consultar su opinión. Esta unión también se trasladó a los hijos de ambos,  quienes crecieron juntos en estrecha relación. Felipe fue muy próximo a los cinco hijos de Simeón y de Margarita Gómez-Acebo, especialmente a Kyril y a Konstantin, que acabaría convertido en el padrino de su hija menor, Sofía. 

Por su parte, Kalina se juntaba más con las infantas. Las tres podían disfrutar de gustos más parecidos, aunque, desde pequeña, las excentricidades de la búlgara ya llamaban la atención. Le gustaba el arte, las antigüedades y la restauración. Valoraba lo único, lo exótico y lo diferente; por eso, cuando entabló dos palabras con Kitín, se maravilló de inmediato. Había encontrado a la persona perfecta para ella. 

Él también se quedó fascinado por esa princesa rebelde capaz de mostrarse desobediente y hacer lo que le vinera en gana. De hecho, tras su primer encuentro con ella, anuló el viaje que tenía entre manos. Tenía la necesidad de conocerla más y mejor. "Hacía la presentación de mi película documental 'Expedicion Mata-Rangi', a la que acudió el príncipe de Asturias para darme su apoyo. Al día siguiente, ya preparaba mi vuelta a la isla de Pascua, pero me llamaron a última hora para una cena. En esa cena conocí a Kalina: anulé el viaje a Pascua", contó el propio aventurero al periodista Juanra López. 

Y se conocieron tan bien que, en 2002, en una boda tan especial como ellos celebrada en el palacio de Tsarska Bistritsa, en las montañas de Rila (Bulgaria), se dieron el esperado ‘sí, quiero’. De aquella unión nació su único hijo, Simeón, que acaba de cumplir la mayoría de edad y que aspira a seguir los pasos de su padre. De momento, ya ha sido admitido por los monjes Shaolín.