Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS

 

Esta vez Topshop no es noticia por sus prendas o por sus colaboraciones con famosos. La firma inglesa de moda está en el ojo del huracán al utilizar maniquíes excesivamente delgadas.

 

La voz de alarma la dio una compradora de 23 años, Becky Hopper, quien tomó una fotografía del cuerpo de su amiga comparándolo con el del maniquí que estaba expuesto en una de las tiendas. Becky, que considera a su íntima una mujer delgada con una talla 38, no cree que el canon propuesto por la empresa sea saludable para su público.

 

En la fotografía posteada en las redes sociales se aprecia la diferencia abismal de tamaño que existe entre la pierna de una y de la otra. Lo mejor, es que desde Topshop dicen que sus maniquíes corresponden a una talla 10 (la 38 española), y Becky demostró que lo que el expositor exhibía no podía ser la realidad. Alguien mentía.

 

La fotografía ha vuelto a poner sobre la mesa un tema que en realidad jamás se marchó. Las asociaciones sobre anorexia han sido las primeras en reaccionar y en compartir esa fotografía que un día tomó Becky, alarmada por la delgadez que representaba. La instantánea ha sido vista miles de veces y compartida otras tantas, lo que no deja lugar a dudas sobre la indignación de los compradores.

 

A esta llamada de atención se han unido otras tantas. Jóvenes que se toman fotografías al lado de los muñecos criticando la apariencia de estos. Y lo tienen muy claro, el problema no radica en ellas, sino en la empresa que vende semejantes ideales de belleza.

 

Las británicas reclaman una cosa: maniquíes en las tiendas que representen mejor a las mujeres y no un canon completamente alejado de la realidad.

 

Nuestra intención no es en absoluto el avergonzar a las chicas delgadas. Lo que pretendemos es que desde Topshop se muestre una mayor diversidad de mujeres en sus maniquíes. Todas las tallas deberían ser celebradas. Muchas chicas pueden estar sanas luciendo como los muñecos expuestos, pero el problema viene de que la mayoría no lo está. Las adolescentes son el público potencial de Topshop y le debemos a estas niñas el ser más responsables con cómo retratamos la imagen del cuerpo femenino”, ha dicho Becky, quien se ha convertido en toda un abanderada de la defensa de la multiplicidad de la belleza.