Hace ya más de cinco años que Santiago Cañizares (54 años) y su mujer, Mayte García (42 años) tuvieron que vivir uno de los peores momentos de su vida, un drama por el que ninguna persona debería tener que pasar, la pérdida de su hijo. El pequeño Santi les dejaba en marzo de 2018 con tan sólo cinco años tras luchar durante más de un año con un tumor cerebral. Como ocurre muchas veces tras un drama como este, esto supuso un antes y un después para el matrimonio, que no logró superarlo y acabaó separándose en 2021. Anoche, en una entrevista exclusiva para el programa de Telecinco, ‘¡De Viernes!’, Mayte ha querido sincerarse sobre lo que ha vivido en estos duros y trágicos años.
Mayte García se sincera sobre el infierno que ha vivido
Muy emocionada al hablar de este tema tan sensible para ella, Mayte ha querido recordar cómo vivió cuando le comunicaron la enfermedad de su hijo. Al parecer, el pequeño empezó a tener “vómitos y mareos”, tras lo cual “empezó a convulsionar una noche” y esto dio pie a que entrase “en coma, le hicieron una resonancia y ahí me dijeron que tenía un tumor cerebral. Al día siguiente le dieron tres infartos cerebrales”. Tras estos dramáticos momentos, Mayte recuerda que tuvieron que operarlo “a vida o muerte. Eso fue la hostia porque se aferró a la vida, no se quiso morir. Se podía haber muerto perfectamente".
Mayte también reconoce en esta entrevista que su hijo era “consciente” de lo que ocurría, ya que asevera que “los niños no son tontos”, afirmando que el joven Santi tuvo que llevar “la carga de la enfermedad y la carga de dos padres llorando”. Fue en ese momento cuando su “chip cambió”, ya que ella quería que su hijo la “viese feliz y fuerte porque, si él lo ha sido, yo tengo que serlo, no voy a ser menos que él. Ese fue mi mantra durante los 18 meses que mi hijo luchó por su vida y luchó por enseñarnos el camino de la vida".
Mayte recuerda con cariño a su hijo Santi
A pesar de que se esta horrible enfermedad se lo arrebató antes de tiempo, Mayte confiesa que los cinco años que le regaló su hijo para ella “valen oro”. Además, afirma que cuando, tres meses antes de su fallecimiento le comunicaron que no había nada que se pudiese hacer ella pasó “por todas las facetas, desde la rabia a la impotencia, al cabreo y el amor”. García confirma en esta dura entrevista que, cuando vio que “llegaba el momento” y vio a su hijo “tener dos paradas cardiorrespiratorias en el hospital”, confiesa que se volvió “loca” y que no pudo evitar gritar. Aunque su hijo volvió, tras este episodio, los médicos le dijeron que el pequeño se quería ir pero que “no se marcha por ti, no le estás dando permiso”, comunicándole que no podía ser “tan egoísta”. Estas palabras la marcaron como nunca y confiesa que acabó cogiendo a su hijo “en brazos ella sola una tarde”, cuando Santi “ya estaba muy malito” y acabó dándole permiso “para marcharse”, un “permiso que nunca deberíamos dar a nuestros hijos”. Aun así, García confiesa que también quiso darle “las gracias por todo lo que me había enseñado”, sentenciando que este fue un instante muy “duro”, seguramente el más duro que haya tenido que vivir en su vida. Tras marcharse, Santi no sólo dejaba destrozados a sus padres, también a sus dos hermanas mellizas, que se acordaron de él durante su primera comunión unos años más tarde, cuando tuvieron un emotivo homenaje al pequeño.