Adiós al azúcar y la sal que están 'camuflados'
Abundan en los productos procesados, ya sean dulces o salados. El azúcar puede aparecer en las etiquetas como dextrosa, maltodextrina, siropes, levulosa, almidón de maíz... En cuanto a la sal, para cocinar usa la marina sin refinar: no favorece tanto la retención de líquidos como la refinada.
Consume más alimentos ecológicos
Los que no lo son contienen pesticidas y otras sustancias químicas que, al ser ingeridos, se acumulan en las zonas grasas del cuerpo.
Más fibra para evitar el estreñimiento
Este favorece la acumulación de toxinas. Para contrarrestarlo, consume verduras, sobre todo de hoja verde, y granos no procesados (arroz integral, mijo, trigo sarraceno...).
Evita la deshidratación
A tu organismo puede faltarle agua aunque no sientas sed. Si es así acumularás más celulitis. Toma mucho líquido, también infusiones, caldos vegetales... Y cada día, en ayunas, acostúmbrate a beber un vaso de agua tibia.
Si corres, puedes tener más celulitis
El ejercicio aeróbico (nadar, caminar...) es fundamental para que el cuerpo elimine toxinas y grasas. Sin embargo, cuidado con correr: aunque no hay consenso sobre ello, algunos expertos aseguran que el impacto que supone la pisada provoca flacidez y no permite la correcta circulación, lo que genera más celulitis.
El bronceado te ayuda a disimularla
En las pieles claras, la piel de naranja se ve más pues las pequeñas depresiones que supone crean sombras que en las pieles oscuras se disimulan. No se trata de que te broncees en exceso, pero quizá pueda ser útil usar un autobronceador en las zonas de más celulitis.
Y además...
Dar el pecho ayuda a reducir la grasa acumulada en el embarazo. Los cambios bruscos de peso, en cambio, facilitan que se almacene.
La ropa y los zapatos influyen. Si tu metabolismo es lento y además usas prendas ajustadas y tacones altos, acumularás aún más grasa.