Desconectar antes de acostarse para dormir bien

Apunta las pautas para conseguir llegar a la cama relajada. Para poder propiciar un sueño reparado

Desconectar antes de acostarse para dormir bien


Según una encuesta realizada por la Fundación Nacional del Sueño, antes de acostarse el 60% de las mujeres se ocupa de las tareas domésticas, el 37% atiende a sus hijos, el 36% navega por Internet y el 21% se pone al corriente en asuntos de trabajo. Pero pocas destinan un tiempo a relajarse, a desconectar... Y esto es básico para tener un sueño placentero.

No te lleves trabajo a casa, practica el 'lo haré mañana'

Si te acostumbras a alargar el horario laboral corres el riesgo de entrar en una espiral sin fin. Ten en cuenta que si tienes tanto trabajo que te faltan horas para acabarlo, por más que sigas siempre te quedará algo pendiente. Lo mismo ocurre con las tareas domésticas (peor aún porque estas sí que no se acaban nunca). Cuando se ponga el sol di 'basta, ya lo haré mañana'.

Evita todo aquello que robe paz mental

Ver noticias trágicas en el informativo de la noche, engancharte a una película o un libro de acción... Todas estas cosas, aunque creas que te ayudan a desconectar, disparan la adrenalina. Tampoco conviene sentarse ante el ordenador para repasar los e-mails del día. La luz intensa de la pantalla altera tu reloj interno y dificulta el sueño.

Apaga el móvil de noche y desconectarás la mente

Según un estudio de la Universidad Rockefeller (EE. UU.), el móvil crea una sensación artificial de urgencia, como si estuvieras pendiente de alguna llamada. Además, las personas que están expuestas a sus ondas tardan más en entrar en la fase profunda del sueño. Así que cuando llegue la noche apágalo (¡y nunca lo uses como despertador!) y opta por el fijo si necesitas llamar.

Dedica al menos 20 minutos a tu spa privado

Si una ducha a última hora del día tiene un efecto sedante, imagínate cómo te sentirás si permaneces 10 minutos en la bañera con unas gotas de aceites esenciales (jazmín o sándalo). Aprovecha también para aplicar tus cremas con un masaje relajante (evita las anticelulíticas porque llevan cafeína).

Apaga la luz, aleja el reloj y rocía lavanda en la almohada

Tu cerebro puede malinterpretar hasta las luces más suaves y pensar que debe despertar, así que apaga todas las luces cuando te acuestes. Aleja el despertador de tu cabecera y desconecta los aparatos de tu dormitorio (sus ondas puedan afectar al sueño). Prueba también a rociar agua de lavanda en la almohada antes de dormir: te relajará.

Y si no puedes dormir... levántate y escribe. ¡Funciona!

Si llevas 30 minutos en la cama y las preocupaciones no te dejan dormir no te esfuerces en conciliar el sueño porque te pondrás más nerviosa. Sal de la cama, coge lápiz y papel y escribe lo que te preocupa. Es una forma sencilla de exteriorizar lo que sientes, de desahogarte, y eso te ayuda a relajarte. Otra opción es practicar el movimiento del balancín: estirada en la cama, lleva las rodillas al pecho, cógelas con las manos y balancéate unos segundos.
 

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