Actualizado a
Le digo a P. que me haga una fotografía justo antes de salir al escenario del Tívoli. Quiero recordar esa imagen que he visto durante diecinueve funciones. Hoy, domingo 31, es nuestro último día en Barcelona. Digo adiós a la ciudad que paseé durante veinticinco años, a ir a comer a casa de mi madre, a volver a Badalona emocionado después de recibir los aplausos del público. Hoy comeremos juntos toda la familia y después me acompañarán al teatro a ver la última función. Desde hace más de un año soñaba con actuar en Barcelona y ahora estamos haciendo las maletas para volver a casa. A Madrid. Mi madre lleva diciendo desde hace algunos días que qué rápido se pasa el tiempo, que hace nada estaba muy ilusionada con mi visita y nos estamos diciendo adiós de nuevo. Pero rápidamente cambia el discurso porque no quiere que suene a queja. Hoy estoy un poco melancólico, con la lágrima a flor de piel. Creo que en la vida hay demasiadas despedidas.