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Hemos quedado fatal y Edurne no tiene la culpa. A mí me gustaría que nos largáramos del festival porque el cabreo que me cojo con las votaciones me dura más que una derrota del Barça. Descansar una temporadita de la ansiedad de los points de las narices. Además, he comprobado que las canciones de Eurovisión me dan dolor de cabeza. Se conoce que los artistas tienen que seducir a la audiencia en un tiempo récord y la competición se convierte en un “A ver quién la tiene más larga” que, en este caso, es “A ver quién llega a la nota más alta”. El sábado, para descansar los oídos después de un buen rato de alaridos, me paso a ‘La Sexta noche’ y me encuentro con Paco Marhuenda y Eduardo Inda. Son dos excepcionales colaboradores televisivos: vehementes, faltones con el adversario, pelín pandilleros y un puntito hooligans. Poseen, además, una gran virtud para trabajar en televisión: no escuchar los argumentos de los otros. Despreciarlos incluso. Mataría por tenerlos en ‘Sálvame’.