Sandra Barneda, orgullosa de su retaguardia

La presentadora lanza su mensaje más ‘body positive’ en redes sociales

1 /6
1 / 6
2 / 6
3 / 6
4 / 6
5 / 6
6 / 6

Sandra Barneda emprende una nueva lucha. Una batalla que la mayoría de los humanos libramos durante toda nuestra vida, la de amar nuestro cuerpo. Parece que siempre tenemos algo que mejorar. Algo que sobra, algo que falta. Barneda se ha reconciliado con su físico y lo muestra orgullosa, no por cómo es, sino por el acto que esta ‘demostración’ supone.

La periodista ha compartido en redes una foto suya en biquini, dando la espalda al objetivo y a la realidad, porque ella, reconoce, muchas veces ha distorsionado su físico solo por esos miedos que parecen negarse a marcharse de nuestro lado. “Cuando te pillan por detrás y te captan para mostrarte tu propio cuerpo; esa silueta a la que tantas veces rechazas y le das la espalda. Esa misma que distorsionas con tus miedos y tus complejos insanos. Sigo, persigo, persisto”.

No es una lucha fácil. Es costosa, cansada y en la que, a menudo, tiramos la toalla, pero librarla y vencer nos garantiza los mejores resultados. El amor a uno mismo no tiene precio. Soltar lastre de complejos impuestos por una sociedad de consumo que no busca nuestro bien, sino el suyo. Que compremos esto, que compramos lo otro. Que sigamos manteniendo un sistema que provoca la autodestrucción de esa perfección con la que nacemos y que se resiente conforme vamos creciendo. Los años no nos hacen ganar concepción sobre nuestro cuerpo, sino perderla.

Barneda ya ha empezado su lucha. Pretende abrazar cada centímetro de su cuerpo, mimarlo y protegerlo. Este hace tantas cosas buenas por nosotros, y nosotros se lo agradecemos de la peor manera.

A ver si empezamos a ser menos crueles con nosotros mismos. A querernos un poquito más. Pero de verdad. A tenernos en altísima estima y estar convencidos que somos perfectos tal y como somos. Que nos gusta mucho cuando se lo dicen a Kira Knightley en ‘Love Actually’, pero, a la hora de ponerlo en práctica, se nos olvida más rápido que la historia de los dobles de luces.

Loading...